
California, años 70. La ciudad de Sacramento vivió una de sus épocas más oscuras con los crímenes de Richard Chase, apodado por la prensa como “El Vampiro de Sacramento”. Sus actos no solo fueron brutales, sino que parecían sacados de una pesadilla.
Una mente perturbada
Chase padecía esquizofrenia paranoide grave. Creía que su sangre se estaba secando y que necesitaba beber la de otros seres vivos para sobrevivir. Antes de atacar a personas, mataba animales y bebía su sangre, lo que fue un preludio del horror que vendría después.
Los asesinatos
En 1977 y 1978 cometió seis asesinatos en menos de un mes. Entraba a casas al azar, convencido de que si la puerta estaba abierta significaba que era “bienvenido”. Sus víctimas fueron hombres, mujeres y hasta un bebé. A varias de ellas les extrajo sangre y órganos, convencido de que eso lo mantenía vivo.
La captura
Fue arrestado en enero de 1978 tras dejar rastros de sangre y evidencias que lo incriminaban directamente. Cuando la policía registró su apartamento, encontraron utensilios de cocina manchados y un refrigerador con restos humanos.
La condena y el final
Richard Chase fue condenado a muerte en 1979, pero antes de que pudiera ejecutarse la sentencia, se suicidó en prisión en 1980.
El eco del vampiro
El caso de Chase sigue siendo uno de los más espeluznantes de la historia criminal de Estados Unidos: un hombre cuya locura lo llevó a convertirse en un “vampiro” moderno, sembrando terror en Sacramento y dejando un legado de puro horror.
Encuentra la siguiente historia el día de mañana a las 7:00 P.M. Todos los días estaremos compartiendo hasta el día 31 de octubre, historias de terror.

























































