
Se inició en el periodismo en Diario del Yaqui, bajo la guía del Maestro Jesús Corral Ruiz y Gilberto Márquez.- Tuvo a su cargo la Sección de Sociales por algunos años, luego se convirtió en reportera de información general, se incorporó a la radio, probó suerte en Tribuna y fue directora de ese matutino.
Bernardo Elenes Habas
Bertha Alicia González Valdez, vivió la etapa más esforzada y romántica del periodismo en Cajeme, cuando los espacios para planificar se medían en cuadratines y el blanco y negro prevalecía en las páginas de los periódicos y en las gráficas.
Se inició en Diario del Yaqui durante los 70, bajo la guía de Gilberto Márquez, a quien relevó en la sección de Sociales, quien, por instrucciones de don Jesús Corral Ruiz, pasaba a ocupar la subdirección del legendario matutino, que comandaban don Jesús y José Escobar Zavala. Bertha Alicia se hizo cargo así de esa labor que incluía publicar notas y fotos sobre bautizos, bodas, quinceañeras, peticiones de manos y escribir, en lugar de Gilberto, la acreditada columna “Canasta Social”.
Eran los tiempos de linotipos, máquinas de impresión caliente en plomo fundido, cuyos lingotes como surcos de letras se acomodaban en mesas de metal llamadas ramas, formando las planas en los talleres donde se esforzaban Miguel Cebreros, Moisés Ortiz, Alfredo Angulo, Arturo Encinas, Dimas Norberto Ochoa, Arnoldo Cano, entre muchos de sus operarios, para construir el cuerpo y el alma del Diario.
Ella maduró en el conocimiento del oficio periodístico y decidió, un buen día, probar suerte como reportera en otro lugar, emigrando a Tribuna del Yaqui, donde pronto destacó por su labor hasta llegar a conducir dicho periódico como excelente cerradora de planas, aunado a su experiencia para jerarquizar y valorar noticias. Asimismo laboró en radio y fue funcionaria pública en la administración municipal de Ricardo Bours y en el sexenio gubernamental de Eduardo Bours.
Mucho convivimos los reporteros y fotógrafos de esa época, dando cobertura para los medios impresos y electrónicos donde laborábamos a campañas de candidatos a la alcaldía del municipio, diputaciones locales y federal, incluyendo giras de gobernadores y presidentes de la República. Cumplíamos los sueños dorados de todo reportero, porque el verdadero aprendizaje del oficio periodístico está, no solamente en las salas de redacción donde se aprende a escribir notas, columnas, editoriales, a planificar, sino en el campo de batalla, entrevistando, captando los detalles del entorno social y político, los contrastes humanos y, esencialmente, los comportamientos profundos o frívolos, de quienes aspiraban y aspiran a conducir los destinos de los pueblos.
A esa generación de reporteros que no poseíamos más armas que una libreta de apuntes y una pluma, aunado a la memoria e inteligencia natural para discernir situaciones, valorar reportajes, darle color y matices literarios y humanos a las notas cuando se volvía necesario, como nos habían enseñado Jesús Corral Ruiz, Bartolomé Delgado de León, Horacio Roldán Mexía, Juan García Flores, José Escobar Zavala, Miguel Mexía Alvarado, Manuel J. Zavala, José Luis Pérez R., Teresa y Francisco Gil Gálvez, Mario Vázquez Jiménez, Esteban Valle, Carlos Moncada, entre tantos personajes a quienes leíamos y nos bebíamos sus notas y artículos como si fueran nuestros libros de texto.
Murió Bertha Alicia, amiga y compañera de oficio, hermana de Cuauhtémoc González Valdez, dirigente sindical en la UNISON y quien fuera, recientemente, candidato a la rectoría. Murió Bertha Alicia, y estoy seguro que sacará ante Dios, su libreta y su pluma buscando la oportunidad de una entrevista…
Descansa en paz, Amiga.










































