Beber alcohol, incluso en cantidades reducidas, podría incrementar la probabilidad de desarrollar demencia, de acuerdo con una investigación publicada el 23 de septiembre en la revista BMJ Evidence Based Medicine.

El estudio advierte que cada una a tres bebidas adicionales por semana se asocia con un aumento del 15% en el riesgo de demencia, lo que contradice investigaciones previas que habían sugerido un posible efecto protector del consumo ligero.
Los especialistas señalaron que es poco probable que el alcohol reduzca la posibilidad de deterioro cognitivo, y que, por el contrario, el riesgo aumenta de forma proporcional a la cantidad ingerida.
Con estos hallazgos, los investigadores instaron a replantear la visión del alcohol como una sustancia segura en bajas dosis, ya que los datos refuerzan la necesidad de moderar o evitar su consumo para proteger la salud cerebral a largo plazo.