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Durante el terrible incendio de la mítica catedral de Notre Dame, donde el desespero reinó en alrededores y toda Francia por salvar la icónica estructura, nadie sospechaba que una nueva era en la robótica estaba oficializándose: la de apagar incendios con robots, y no solo seres humanos y sus equipos.

La catedral de Notre Dame de París sufrió un incendio en la tarde del 15 de abril de 2019 en el tejado del edificio y ocasionó daños considerables. La aguja de la catedral y el tejado se derrumbaron. Tanto el espacio interior como muchos bienes muebles se dañaron gravemente. El incendio se produjo probablemente de forma accidental, por causas aún no conocidas. En 24 horas, se recaudaron más de 800 millones de euros para la reconstrucción.

Ya es el futuro

Aunque en medio del pavor, pocos notaron detalles propios de una era futurista. Si bien 500 bomberos fueron a la estructura gótica de 850 años de antigüedad, el desafío era sobrehumano.

Por un lado, estuvo el rol jugado por los drones. Gracias a su perspectiva, un DJI Mavic Pro y Matrice M210 proporcionaron datos y una visualización muy completa al equipo en tierra sobre las dimensiones del incendio y la forma en que este se iba propagando. Las cámaras de imagen térmica ayudaron a notar información a través del humo tupido. De acuerdo a portavoces del Cuerpo de Bomberos de París, “los drones desempeñaron un papel vital para ayudar a prevenir un mayor daño a la catedral, permitiendo un uso correcto de las herramientas a disposición”.

Colossus, el robot bombero

Por otra parte, estuvo el trabajo de un insospechado autómata: Colossus, un robot de 500 kilos manejado por los bomberos parisinos. A decir verdad, su trabajo ayudó mucho a abordar la catástrofe y su presencia y el músculo de sus funciones evitó poner en riesgo vidas de otros bomberos.

Justo cuando la aguja de Notre-Dame amenazaba con colapsar y quedaban llamas por combatir, llegó Colossus. Sus funciones incluyen soportar condiciones brutales (como el fuego abrasador que consumía la estructura que mataría a cualquier persona), operar una manguera contra incendios, transportar herramientas pesadas en un entorno hostil o extraer a personas heridas. Puede manejarse a casi 300 metros de distancia, y su diseño modular hace que se pueda configurar para diferentes trabajos.

Sin duda, su cañón motorizado disparando 660 galones de agua por minuto, pudieron ayudar a contener el fuego y evitar mayores riesgos humanos.

Las imágenes de Colossus se han distribuido rápidamente por Internet. Aunque vivamos en la era de la automatización y la IA, no deja de ser asombrosa la capacidad de las entes robóticas para ayudar a los humanos en tareas complejas y de alto riesgo.

Fuente: nmas1.org

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