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En las últimas cuatro décadas la dieta de la población sonorense cambió significativamente. El desarrollo de la tecnología de alimentos trajo consigo la oferta de una gran variedad de productos alimenticios altamente procesados, muchos de los cuales fueron adoptados al interior de los hogares, incluyéndolos en la dieta.

Estos productos gradualmente han ido desplazando de lugar de importancia a alimentos que han formado parte de la dieta sonorense desde hace mucho tiempo. Los hábitos nutricionales han cambiado y ahora se incluyen alimentos con una cantidad elevada de calorías, pero sin otro aporte nutrimental.

De acuerdo con la profesora Martha Nydia Ballesteros Vásquez, del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), a finales de los años setenta y principios de los ochenta el exceso de peso corporal estaba presente en la población, pero no representaba un problema de salud pública en la entidad.

Sin embargo, a finales de los noventa y al empezar el nuevo siglo, el sobrepeso y la obesidad se convirtieron en indicadores nutricionales a los que había que prestar especial atención. Los datos estadísticos para población adulta sonorense en el año 2000 mostraban que había un 46% de prevalencia de sobrepeso y un 25% de obesidad. La académica apuntó que también a partir de este tiempo esta condición se empezó a observar en población adolescente y en niños(as) en edad escolar y preescolar.

La investigadora de la Coordinación de Nutrición del CIAD explicó que este padecimiento ha ido en constante crecimiento en la entidad y, actualmente, un tercio de la población infantil y siete de cada diez adultos tienen problemas de exceso de peso corporal (sobrepeso u obesidad).

En las últimas semanas se han aprobado en México reformas legislativas que restringen la venta de productos altamente calóricos a menores de edad. Respecto a esto, la investigadora del CIAD comentó que cada país tiene una realidad distinta y con ella hay que trabajar. Lo que funciona en un país puede no funcionar bien o no también en otros.

El nuevo etiquetado nutrimental, ejemplificó, es una acción aclamada y esperada por muchos de estudiosos de la nutrición humana en el país, pues la información nutrimental que por mucho tiempo ha aparecido en las etiquetas de los alimentos que adquirimos es confusa, incluso para los expertos en el área. El etiquetado que entrará o está entrando en vigor, dijo, permitirá a las personas decidir por ellas mismas si adquieren o no un alimento determinado, considerando si es conveniente o no para su salud.

Agregó que su opinión es que ninguna prohibición es buena si no está bien planeada porque puede crear problemas en otros contextos. Si se va a hacer, tiene que hacerse acompañada de todo un esquema que incluya, entre otros elementos, programas de educación en nutrición, subrayó.

Profesora Martha Nydia Ballesteros Vásquez, del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo
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