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May 19, 2017; New York, NY, USA; Images from the HBO World Championship Boxing card featuring Terence Crawford vs Felix Diaz at Madison Square Garden. Mandatory Credit: Ed Mulholland/HBO

El diputado Orlando “Siri” Salido no solo es un accidente de la política local; en un sentido más amplio, es el ejemplo más a la mano para explicar el triunfo del pragmatismo sobre la inteligencia, las tesis programáticas, la plataforma política.

Sobre las líneas de acción de un movimiento que cumplió con creces la expectativa de llevar a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, y que hoy está batallando para conservar la unidad interna, para justificar su existencia ya como gobierno, con argumentos que vayan más allá de la lealtad ciega.

O para explicar escándalos, errores y omisiones, cuando no francos actos de corrupción y malas prácticas. Ni qué decir de la congruencia con postulados y principios de la coalición que encabezó Morena y que llevó como aliados al PT y al PES: el primero, hijo putativo del salinismo; el segundo, un partido de la derecha confesional. 

Ya desde allí las cosas no pintaban bien y sin embargo, la coalición fue un éxito, fundamentalmente por el arrastre de su candidato presidencial. Para ilustrar el punto: dos semanas antes de la elección, el Siri Salido fue detenido cuando se robó un par de cartones de cerveza en un Oxxo donde no le quisieron vender porque aún no era hora legal. El señor andaba amanecido y los hechos se dieron antes de las ocho de la mañana. 

En otras circunstancias, ese episodio habría destruido cualquier candidatura. Al Siri no le hizo perder ni un voto.

Ya como gobierno, o en funciones legislativas, ese pragmatismo electoral les está pasando la factura al tener que lidiar con personajes como el citado Siri que, insisto, no es el único y quizás no sea el peor.

Para la sesión de ayer, el diputado petista hizo incluir en el orden del día la lectura de un posicionamiento (suyo) con el sugerente título: “La voz negativa e irregular de las feministas”.

Entre eso y hacer estallar unos diez kilos de dinamita en el Congreso, no sé qué habría resultado peor.

El Siri, que también se ha visto involucrado en sendos escándalos de violencia intrafamiliar y contra mujeres no era, ni remotamente, el más indicado para  dar lectura a un documento tan políticamente incorrecto. 

Pero queda claro también que en su infinita ingenuidad política (por llamarlo de un modo amable), al diputado se lo chamaquearon de fea manera. 

Hoy, se sabe que tal documento, que por cierto no alcanzó a ver la luz porque en unas cuantas horas el solo título desató reacciones furiosas contra el diputado, que terminó reculando y sacando el punto del orden del día, fue obra de un asesor que ya fue despedido.

El colega y amigo Samuel Valenzuela informó anoche en su cuenta de Twitter que el acomedido promotor del machismo legislativo responde al nombre de Jesús María Martínez Samaniego.

Este muchacho fue diputado del PAN, suplente de Carlos Fú a quien relevó en el cargo cuando éste solicitó licencia para competir por la alcaldía de Agua Prieta en 2018. Antes, fue funcionario en el gobierno de Guillermo Padrés.

No es raro que en el PT se encuentre también la mano del padrecismo, si se considera que el dirigente estatal de facto en ese partido es Ramón Flores, ex alcalde panista de Arivechi en aquella desaseada administración estatal.

Si bien la dirigencia estatal del PT se deslindó rápidamente del documento (cuyo contenido es todavía un misterio) y el propio Siri Salido difundió un empalagoso texto en el que refrenda su profesión de fe profundamente feminista (risas grabadas) el episodio queda para ilustrar el catálogo de los desbarres, las confusiones y la falta de comunicación entre algunos integrantes de la coalición.

Pero pues con estos proverbiales bueyes hay que arar.

II

Y a propósito de bueyes, no fueron pocos los que mugieron el pasado domingo cuestionando el excesivamente comedido y coloquial tono en que la gobernadora Claudia Pavlovich solicitó al presidente de la República apoyos para diversas obras en los municipios del estado.

Usted, le dijo al ocupante de Palacio Nacional, sabe cómo manejara la mano izquierda y la derecha.

La propia gobernadora reconoció que la forma en que hizo la solicitud no fue la más apropiada y ofreció disculpas a quien se hubiese ofendido por ello.

Sin embargo, dos días después el presidente anunció desde su mañanera, el envío de 700 millones de pesos para la conclusión y el equipamiento del hospital de especialidades en Hermosillo, un proyecto que de ninguna manera cabe en el concepto de ‘obrita’.

El punto es importante porque durante todo este año, el flujo de recursos federales para el hospital fue de cero. Lo que se avanzó en este tiempo fue posible por la aplicación de recursos estatales. 

Coincido con quienes dicen que no había necesidad de ‘amelcochar’ tanto la solicitud, pero es claro que tal cosa dio resultados. Habrá hospital y eso es bueno para miles de sonorenses. Lo demás también queda para el anecdotario.

III

Es claro que al menos en esta primera mitad del sexenio de López Obrador, al presidente hay que jugarle pegado a la barda, como se diría en la jerga beisbolera que le gusta tanto.

Si presidentes que llegaron con precarios márgenes de legitimidad hicieron y deshicieron con el país, imagínense una presidente con la legitimidad de 30 millones en las urnas.

El menos avezado de los analistas políticos apreciará que lo ocurrido recientemente en la SCJN con la declaración de constitucionalidad de la consulta para enjuiciar ex presidentes y en la cámara federal de diputados para extinguir 109 fideicomisos, dan idea del inmenso poder presidencial.

En el viejo régimen no había nadie más poderoso que el presidente. En este régimen, menos.

Se le pueden jugar las contras y se está haciendo desde varios frentes, pero insisto, al menos en esta primera mitad de su sexenio, es una osadía riesgosa. 

Dentro de 10 días habrá elecciones de alcaldes y diputados locales en Hidalgo y Coahuila, ambos estados gobernados por el PRI. Estas elecciones serán un interesante laboratorio para probar, más allá de las encuestas generalmente equivocadas, cómo se mueven los votos.

Ese puede ser el prólogo del proceso electoral 2021 en el que se renovarán 15 gubernaturas, 32 congresos locales y la cámara federal de diputados. 

Será, sin duda alguna, la prueba de fuego para la 4T.

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