Crea incertidumbre la renuncia de El Borrego.- Sus ideólogos y estrategas lo colocan en la difícil arena movediza de la ciudadanización.- PRI, PAN, PRD, debieron concretar primero la coalición, luego las estrategias mediáticas.
Bernardo Elenes Habas
La renuncia de Ernesto Gándara El Borrego, a la militancia priísta, ciertamente sacudió a la clase política de Sonora, generando una tempestad de incertidumbre.
Se preguntan muchos ciudadanos, si los partidos que pretenden coaligarse para enfrentar a Morena –PRI, PAN, PRD-, avanzarán ahora (luego que definan su decisión de conjugar esfuerzos electorales en el 2021) hacia un proceso interno dentro de cada uno de esos institutos, llevando además de sus aspirantes naturales a la candidatura por la gubernatura, a Gándara Camou como simpatizante, figura a la que se ha sometido con su reciente independencia partidaria el ex senador de la República.
Por ejemplo, en el PRI, hace más de un año, su dirigente estatal Ernesto de Lucas Hopkins sembró la idea de que sería posible un proceso interno para legitimar abanderado.
Su proyección partía de la premisa de que no era Ernesto Gándara el único aspirante que hacía ruido dentro del tejido del tricolor, sino que gravitaban, también, los nombres de Natalia Rivera, Rogelio Díaz Brown, Ernesto Pompa Corella. Lista a la que, ahora, tendría que agregarse a Pedro Ángel Contreras.
