Falta, ahora, que alcen su voz los sonorenses.- Está en marcha el movimiento de los pocos, es decir, la clase política que anhela la gubernatura.- Alfonso Durazo, con la fuerza oficial conforma la nueva “cargada”.- Ernesto Gándara y Ricardo Bours, dispuestos a escribir la historia
Bernardo Elenes Habas
Esta guerra, nada la detiene.
Sí. La batalla político-electoral está ya declarada en Sonora.
Donde los frentes en pugna, debidamente identificados con los emblemas de sus mesones, escuderías y cacicazgos, dan pasos francos de posicionamiento.
Reafirman y confirman el apoyo de sus seguidores cautivos y, buscan, ampliar sus horizontes electorales con quienes no les son afines o permanecen indiferentes.
La confrontación definitiva será el 6 de junio de 2021. Por eso Alfonso Durazo, representante del partido oficial –Morena-, refuerza la estructura mediática que lo siembre en la conciencia de los electores, donde nunca espigó. Pero también configura el entramado de negociaciones en el mercado de la oferta-demanda, con el apoyo del organigrama oficial de la Cuarta Transformación, la que comienza a presionar a líderes sindicales de diferentes instituciones burocráticas para que en días por venir, marquen el camino por donde transite la nueva “cargada”. Figura idéntica a la del pasado.
Ernesto Gándara El Borrego, su equipo, consolidado ahora en un frente amplio de intereses que parecían irreconciliables, unen sus vocaciones de poder, para cerrarle el paso no solamente a Durazo, sino a Morena, AMLO y a la 4T por el comportamiento polarizador, el reiterado discurso de odio, la demostración de que el gobierno de la República no cobija, como lo mandata el Texto Constitucional, a todos los mexicanos sin distingos, sino que las preferencias se derivan hacia quienes, como AMLO ha repetido perversamente, se colocan en la fila de los “liberales”, debido a que a los “conservadores” se les califica como adversarios, adoradores de la corrupción, nefastos que callaban como momias las atrocidades del pasado.
Se mantiene, también, en la línea de fuego, Ricardo Bours, desde la franquicia de Movimiento Ciudadano, sin alianzas ni conjugación de colores; solamente blandiendo la espada del poder económico y la fortaleza que puede arrojar la exposición de proyectos futuros para Sonora, extendidos sobre la mesa de la realidad empresarial, con sus premisas de ganar-ganar.
En Sonora, pues, su clase política actúa sin defender ni demostrar la fundamentación de ideologías concretas. Sólo el mágico y codiciado sueño de querer ser porque se puede, está en marcha.
Pero el anterior, no es el movimiento de todo Sonora, sino el de los pocos. De quienes quieren el poder político, y tienen con qué y cómo lograr sueños o ambiciones…
Falta, ahora, que toque sus tambores la ciudadanía. Las familias.
Que alcen los sonorenses su voz de sierra, valles, desiertos, litorales, en el trecho más claro y decisivo de su historia, para marcar su propio rumbo, reclamando democracia, unidad, respeto, honestidad, congruencia, raigambre, trazo social humano y transparente de todos los actores políticos.
Porque solamente así, Sonora podrá ser de los sonorenses. No fríamente de un partido. No fanáticamente de una falsa ideología. ¡Sí de sus hijos y las generaciones que vendrán!
Le saludo, lector.
