Aunque no existe una única teoría, el origen del color morado se le atribuye a tres hechos muy diferentes:
El primero es que el morado es el resultado de mezclar el rosa y el azul, colores socialmente atribuidos a las mujeres y a los hombres respectivamente.
También se dice que el humo que salía por las chimeneas de la fábrica durante el incendio en la textilería de Nueva York un 8 de marzo donde el movimiento feminista se origino, era morado debido al color de las telas de las camisas con las que estaban trabajando, aunque realmente no se ha podido demostrar que el color del humo era realmente de ese color.
Por otra parte, la activista británica Emmeline Pethick explicó el por qué de estos tres colores:
“El morado, color de los soberanos, simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora por el derecho al voto, simboliza su conciencia de la libertad y la dignidad. El blanco simboliza la honradez en la vida privada y en la vida política. Y el verde simboliza la esperanza en un nuevo comienzo”.
Sin duda, el color morado ha encontrado un espacio dentro de las manifestaciones feministas tiñendo las calles año con año y ha servido como símbolo de lucha contra la violencia de género.
