Activismo egoísta el de Morena.- Promueven, sus líderes y militantes, desesperadamente la consulta ciudadana del 1 de agosto.- ¡Si con esa misma pasión política y social lucharan por pacificar comunidades donde la violencia siembra muerte, cómo lograrían credibilidad y agradecimiento de las familias!
Bernardo Elenes Habas
Fuerte, el activismo del Gobierno de la República a través del partido oficial Morena, promoviendo en el sur de Sonora y específicamente en Cajeme, la consulta ciudadana para enjuiciar a actores políticos del pasado.
Lo hacen, además de los directivos de dicho instituto político, la ex panista Eloísa Flores García, candidata a la presidencia municipal de Cajeme en el 2012, quien a pesar de haber tenido los astros azules alineados (Felipe Calderón, presidente de la República; Guillermo Padrés, gobernador de Sonora; Manolo Barro, alcalde), sucumbió ante el priísta Rogelio Díaz Brown, quien obtuvo la histórica cifra de 100 mil 823 votos, contra 46 mil 956 de Eloísa.
Hoy la señora Flores García es parte del activo de Morena, como otros padrecistas, y busca llegar a la conciencia de la ciudadanía para que asista a votar el domingo 1 de agosto, y se haga efectivo el juicio a expresidentes como lo ha decretado el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y la ex diputada local durante el sexenio perverso de Guillermo Padrés, quien estuvo preso por presunta corrupción, señala ahora en sus prédicas, que es necesario “avancemos como ciudadanos, estamos hoy ante un momento histórico muy importante, que nos brinda la oportunidad de participar más activamente, y sobre todo, de ser conscientes de que somos corresponsables de los resultados de los gobiernos que elegimos”. Conceptos que nunca le escuché antes en su devenir político.
Otro tanto hace la diputada local morenista, Ernestina Castro, quien convoca a conferencia de prensa para abordar el tema de la consulta ciudadana, para alentarla.
AMLO, por su parte afirma, en un juego retórico de lo absurdo, qué él votará NO, porque no es su fuerte la venganza, pero convocando a sus seguidores para que decidan a quiénes enjuiciar, erigiéndose en un moderno Pilatos que lava sus manos con impudicia ante el pueblo de México, pero no ante la historia.
Y uno, como muchos ciudadanos, se pregunta, ¿por qué no se acomete con esa misma pasión y activismo buscar que el Gobierno de la 4T acierte a responder a la desesperación de las familias por los estragos de la violencia? Después de todo, en el caso de Ernestina, es representante popular y debe tomar el pulso de sus representados para constatar que lo urgente no es la consulta, sino pacificar las comunidades.
El despliegue que realizan en el país para sembrar el citado juicio en la conciencia de los electores y lograr su participación, es abrumador. Lo que demuestra que hay desesperación y desconfianza de no lograr los objetivos de al menos un 40 por ciento de los ciudadanos inscritos en el listado nominal del INE para que el plebiscito tenga efectos vinculatorios.
Esa consulta, pues, no es urgente. No se trata de un acto inaplazable, de vida o muerte, y bien podría realizarse en otra ocasión, cuando se haya estabilizado al país. Cuando su economía alcance niveles de seguridad. Cuando se lograse doblegar las cuchilladas de la pandemia, misma que arremete ahora en su tercera oleada, con más furia. Cuando la violencia provocada por el crimen organizado, deje de extender sus brazos armados sedientos de sangre…
Si no se actúa ahora, con amor a México, sus pueblos, sus familias, mañana puede ser demasiado tarde…
Le saludo, lector.
