El Plan de salud que viene.

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La salud pública se ha convertido en un tema crucial para el desarrollo y el bienestar. Recién comienzan las precampañas/campañas políticas y es necesario saber que propuestas traen los que serán responsables de mejorar o empeorar, en este caso el tema de salud.

En salud, temas como la universalización, la eficiencia en el uso de recursos públicos y privados, son cada vez más relevantes en la agenda de quienes seguimos de cerca el análisis político. En México, es fundamental reconocer la importancia de diseñar y ejecutar una estrategia de salud pública sólida como parte integral de un proyecto de nación para los años 2024-2030. La salud de una sociedad es un factor determinante en su progreso social, económico y político. Sabemos que el sistema de salud, se encuentra sobrecargado, con problemas de acceso a servicios de calidad, desigualdades en la distribución de recursos y una carga de enfermedades crónicas en constante aumento, sumando a esto que las decisiones en el sector son de largo plazo. De ello que quien se dé a la tarea de coordinar una propuesta sectorial en salud deberá de considerar, una estrategia de salud pública bien diseñada, priorización de recursos que permite la asignación eficiente de los mismos (muy) limitados disponibles. Ya sabemos que las improvisaciones no funcionan y cuestan carísimo para los mexicanos (ya alguien lo dijo por ahí). La prevención es clave en el campo de la salud pública. Una estrategia efectiva debe centrarse en acciones preventivas, como campañas de vacunación, programas de educación sanitaria y promoción de estilos de vida saludables, así como la detección y diagnóstico temprano de enfermedades de alto impacto en costo y en la calidad de vida de las personas. Esto no solo reduce la carga de enfermedades (impacto presupuestal), sino que también disminuye los costos asociados con el tratamiento de enfermedades crónicas evitables o, en su defecto controlables. Actualmente existen disparidades significativas en el acceso y la calidad de los servicios de salud entre diferentes grupos de la población, quienes cuentan con seguridad social y no; esto representa uno de los factores de desigualdad más graves dentro de la equidad en el derecho a la salud que el Art. 4to. Constitucional establece. Una estrategia de salud pública debe abordar estas desigualdades, garantizando que todos los ciudadanos tengan igualdad de oportunidades para acceder a servicios de salud de calidad, independientemente de su origen socioeconómico, ubicación geográfica o grupo demográfico al que pertenezcan. De ahí la importancia de las NOM, o en su defecto de la obligatoriedad de la observancia de las Guías de Práctica Clínica que establecen la forma en que deben de atenderse los padecimientos, dependiendo de la situación de cada paciente, y que este gobierno, pretende desaparecer. Pero no solo la atención médica directa tiene que mejorar, también el fortalecimiento del sistema de salud en su conjunto. Esto implica mejorar la infraestructura (nueva y existente), capacitar al personal de salud, fortalecer los sistemas de información (no se pueden tomar decisiones efectivamente sin este elemento) y aumentar la capacidad de respuesta ante emergencias y brotes de enfermedades, que por cierto, cada vez son más frecuentes.

La salud no es solo responsabilidad del sector salud, sino que requiere la participación de múltiples actores y sectores de la sociedad. Una estrategia de salud pública exitosa debe fomentar la colaboración entre el sector público, el privado y la sociedad civil, así como la coordinación entre diferentes áreas de gobierno, como educación, economía, medio ambiente, ganadería y agricultura, por mencionar solo algunas. De ahí que la creación de una estrategia integral para un Plan de Salud sólido debe ser una prioridad en el proyecto de nación de México para los años venideros de cualquiera que busque contender por un cargo.

Estos planes permiten priorizar los recursos, poner foco en la prevención y promoción de la salud, reducir las desigualdades de las personas que buscan atención médica, fortalecer el sistema de salud y fomentar la participación intersectorial, es determinante mantener abierta la puerta a la consideración de que todos los planes de salud. Pero es más importante cuestionar, además del gobierno en turno, a los próximos candidatos que habrán de presentar sus propuestas de campañas y si es con un plan de trabajo sólido y viable, pues que mejor; ahora bien, ¿lo tendrán?

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora

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