El estudio en la revista Nature plantea que estas ciudades, similares a la ciudadela de Machu Picchu, en Perú, era un centro de fabricación de acero donde se comercializaban productos de lujo provenientes de China y el Mediterráneo
Utilizando tecnología LiDAR, arqueólogos han revelado dos ciudades medievales ocultas en las montañas de Uzbekistán, conocidas como el “Machu Picchu de Asia”. Un estudio en la revista Nature informa que los asentamientos de Tugunbulak y Tashbulak estuvieron ocultos durante siglos a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar. Aunque no presentaban señales claras de actividad humana, estos sitios ahora descubren detalles fascinantes sobre la vida en la región.
El equipo encabezado por Michael Frachetti y Farhod Maksudov empleó drones con tecnología LiDAR para mapear dos antiguas ciudades que se extienden hasta 120 hectáreas y contienen más de 300 estructuras, incluidas fortalezas y plazas. Estas ciudades desempeñaron un papel fundamental en el comercio y la producción de hierro, conectando rutas entre China y el Mediterráneo. Además, ofrecían refugio y recursos a los viajeros que transitaban por la vasta red comercial conocida como la Ruta de la Seda.
Descubren el “Machu Picchu de Asía” con tecnología LiDAR
Gracias al uso de la tecnología LiDAR, los arqueólogos han logrado cartografiar en detalle los asentamientos de Tugunbulak y Tashbulak, que permanecían ocultos bajo densos pastizales y montañas. El sistema LiDAR, que emite pulsos láser desde drones, permitió a los investigadores generar imágenes en 3D de lo que se encontraba debajo del terreno, lo que reveló más de 300 estructuras en Tugunbulak, la mayor de las dos ciudades. Según el estudio publicado en Nature, esta ciudad medieval ocupaba 120 hectáreas y estaba salpicada de torres de vigilancia, plazas y fortalezas.
Tashbulak, por su parte, era más pequeña, con alrededor de 15 hectáreas, pero presentaba características similares, como una ciudadela fortificada. Ambas ciudades, a más de 2.000 metros de altura, representan un misterio arqueológico comparable a Machu Picchu en Perú, ya que menos del 3 % de la población mundial vive en zonas de alta montaña.
Este fue el papel estratégico de las ciudades perdidas de la Ruta de la Seda
Tugunbulak y Tashbulak no eran simples paradas comerciales en la antigua Ruta de la Seda, sino que jugaban un papel estratégico en el comercio y la producción de hierro. De acuerdo con Michael Frachetti, los depósitos de mineral de hierro y los densos bosques de enebro circundantes habrían permitido la fundición de acero, lo que las convertía en centros industriales en la región. Su ubicación en un punto de cruce importante entre China y el Mediterráneo reforzó su relevancia comercial, lo que permitió el tránsito de caravanas con productos de lujo como seda, especias y piedras preciosas.
A pesar de su ubicación remota y elevada, estas ciudades medievales florecieron durante siglos, gracias a la abundancia de recursos naturales y su capacidad de servir como puntos de intercambio para los viajeros que atravesaban las desafiantes montañas de Asia Central.
¿Por qué desaparecieron las ciudades de la Ruta de la Seda?
Aunque Tugunbulak y Tashbulak fueron ciudades prósperas durante la Edad Media, su abandono sigue siendo un enigma para los arqueólogos. Los estudios preliminares no han encontrado signos de destrucción violenta, como incendios o ataques. Sin embargo, el declive de estas ciudades coincide con el siglo XI, una época de división política entre las potencias dominantes de la región.
Entre las teorías más aceptadas está la posible sobreexplotación de recursos naturales, como los bosques de enebro, que podrían haber agotado el combustible necesario para la producción de acero. Asimismo, los cambios en las rutas comerciales y las fluctuaciones climáticas también pudieron influir en la desaparición de estas ciudades.