¿Y si tus sueños pudieran hacerse realidad con solo entrenar tu mente? Esto no es un truco de magia, sino una posibilidad respaldada por la ciencia, según el renombrado neurocirujano James Doty. Este profesor de la Universidad de Stanford y fundador del Centro para la Investigación y Educación en Compasión y Altruismo (CCARE) ha revolucionado la forma en que entendemos la manifestación, un concepto que durante años fue visto como mera pseudociencia. En su nuevo libro, Mind Magic: The Neuroscience of Manifestation and How It Changes Everything (2024), Doty revela cómo el cerebro puede ser nuestro mayor aliado para transformar deseos en realidades.
Doty, cuya vida cambió gracias a las lecciones de mindfulness y manifestación que aprendió de una mujer llamada Ruth en una tienda de magia a los 12 años, asegura que no se trata de pedirle favores al universo, sino de reprogramar nuestra mente. “El universo no se preocupa por ti; todo depende de ti”, escribe en su libro. Según él, la manifestación es un proceso neurocientífico que involucra la neuroplasticidad —la capacidad del cerebro para crear nuevas conexiones— mediante prácticas como la atención plena, la meditación y la visualización. Estas técnicas, dice, permiten incrustar nuestras intenciones en el subconsciente, haciendo que nuestro cerebro esté más alerta a las oportunidades que nos rodean.
Lejos de promover un enfoque egoísta de acumular riquezas, Doty enfatiza que la verdadera magia ocurre cuando alineamos nuestras intenciones con la compasión y el servicio a los demás. “Cuando te enfocas en los demás, activas el sistema nervioso parasimpático, lo que mejora tu bienestar y hace que la manifestación sea más efectiva”, explicó en una entrevista reciente. Su historia personal respalda esta idea: tras alcanzar el éxito material y perderlo todo en el colapso de las puntocom, encontró plenitud al donar su fortuna y dedicar su vida a ayudar a otros.
Doty propone un plan práctico de seis semanas en Mind Magic para que cualquiera pueda aprovechar este “superpoder” cerebral. Desde escribir tus metas hasta visualizarlas con detalle, su método busca cambiar la narrativa interna que nos limita. “No es magia en el sentido místico; es ciencia que nos permite ser agentes de nuestro destino”, asegura. Así, este neurocirujano nos invita a mirar dentro de nuestro cerebro para descubrir que, tal vez, la clave para un mundo mejor siempre estuvo en nuestras manos —o más bien, en nuestras cabezas—.
