
Poema de domingo.- La palabra es semilla que sueña ser espiga, árbol de los caminos repartiendo su sombra, corazón de guitarra con palpitar de canto. La palabra es gaviota que sabe volar lejos, mapa de las estrellas, barca de pescadores, sueño de niño triste bebiendo el infinito… La palabra es el trino de pájaros nocturnos, la sonata del viento pasando por la fronda, la oración con que el hombre suele llamar a Dios, cuando duele el olvido…
Bernardo Elenes Habas
Hay un olor a otoño
impregnado en el viento,
es como si el recuerdo
de calles solitarias
se bebieran la noche
y los viejos fantasma
hablaran con las voces

dormidas de los muertos…
Yo la presiento ahora
vibrando en mi guitarra,
oyendo mis poemas
entre el bullicio incierto
de su alma soñadora;
la escucho deshojando
sus canciones silvestres,
paloma de la sierra,
gorrión adolescente.
Pero llegó el otoño
y la envolvió en su brisa,
montó ese potro extraño
del tiempo inexorable,
marchándose por siempre
con rumbo al Bakatete,
para buscar la casa
del Itom Achai nuestro…
Yo la recuerdo ahora…
y ofrendo en su memoria
una flor de capomo
y una espiga de versos
por la muchacha aquella
que vibra en mi guitarra,
que se marchó en silencio
con rumbo al Bakatete,
para buscar la casa
del Itom Achai nuestro…
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