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La delincuencia y la percepción de inseguridad son situaciones sociales que, por sus consecuencias, se han convertido no solo en temas de debate, sino en un problema de salud pública. La delincuencia, especialmente la que implica violencia, se asocia no sólo con daños físicos como lesiones y hasta defunciones, sino también con el deterioro del capital social y con una merma en la calidad de vida de la ciudadanía, lo que contribuye con su menor desarrollo y en la mayoría de los casos, un circulo vicioso generando mayor violencia. En los últimos días, este tema ha generado controversia por el problema de inseguridad en el que se envuelve la ciudad de Hermosillo, pero le pregunto lector ¿y donde, no?

Este deterioro en la calidad de vida se ha evaluado, en el ámbito médico principalmente, a través de dos grandes indicadores: la felicidad, como componente afectivo, y la satisfacción con la vida, como componente cognitivo. Se ha constatado una relación negativa entre la tasa de agresiones, la percepción de felicidad y la satisfacción con la vida. Esta relación puede atribuirse al hecho de que ser víctima, especialmente de delitos violentos, es un factor estresor no normativo (no común) que supone una merma significativa de la satisfacción con la vida; es decir, ocasionan un trauma a futuro, que contribuirá a generar conductas determinadas que afectara el circulo donde la persona se desenvuelve. En los últimos días a lo largo y ancho de Sonora escuchamos, leemos y en el peor de los casos somos testigos o victimas de delitos violentos; secuestro exprés, asalto a mano armada, ejecutados y heridos, lo que es muy lamentable. Un estudio reciente encontró que la experiencia de victimización no ejerce ningún impacto significativo en la satisfacción con la vida, por lo que se deben considerar otras variables o factores. En este sentido, en otros estudios observaron que la victimización se asocia con una menor calidad de vida cuando se tiene en cuenta la satisfacción con el vecindario y la pareja ¿quién vive agusto teniendo problemas con estas dos “variables”?. Se dice que una disminución de la satisfacción con la vida en los ciudadanos que perciben su comunidad como un lugar inseguro, son mas propensas a enfermarse ¿y como no? El estrés generador de enfermedades tales como: Hipertensión, Diabetes, Dislipidemia, Dolores de cabeza, Gastritis y hasta Obesidad (sí, la obesidad también está relacionada al estrés).

Las personas que tienen un sentimiento de modo negativo en su comunidad y la perciben como insegura informan de cambios en sus hábitos y rutinas diarias: reducen los intercambios sociales, evitan conductas antes habituales como salir de casa o transitar por lugares considerados peligrosos, y asumen más medidas de protección en el hogar, lo que parece incidir de manera negativa en la satisfacción con la vida. La sociedad teme salir a realizar actividad física al aire libre en algún parque, los estacionamientos de tiendas comerciales, ya no son seguros, llevar a los niños a lugares recreativos al aire libre ya no es opción en algunos casos y las familias desean quedarse en casa y lugares como las escuelas antes lugares considerados tan respetables como una iglesia (¡esta tampoco!) Ya no lo son.

Sin embargo, son pocos los trabajos en los que se ha analizado el vínculo entre la delincuencia y la satisfacción con la vida en contextos de elevada criminalidad, como México. La incidencia delictiva en México se ha incrementado de manera considerable en los últimos años. Según los datos publicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el número de actos delictivos registrados ha aumentado de manera alarmante, en Sonora por igual, la violencia es, al menos en Cajeme, alarmante, considerada una de las 50 ciudades mas peligrosas del mundo (al igual que Acapulco) pareciera que no cede la violencia en dicha región, a pesar de tantos anuncios como medida de rescate; el grupo BORT, la policita rural, la gendarmería, la policía militar, ¿quién me falta? Los Power Rangers, nomas. Lo cierto es que en Sonora, ya la inseguridad, pasó a ser un problema de salud pública.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

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