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Tecnología y recuperación económica

 Alejandro de Anda

LO CLAROAntes y después del COVID19. Así será conocida la historia moderna de nuestro entorno. 

La educación no podría sustraerse a este modismo.  

Serán nuevas maneras de aprender para continuar la preparación para la vida. Precisamente la Universidad Autónoma de Tamaulipas anuncia ya su inducción al nuevo ciclo escolar, tras el catastrófico inicio mundial del primer ciclo en 2020. 

Los nuevos aspirantes atenderán la demanda profesional del mercado y la UAT les oferta las herramientas a que mejor acomode a sus habilidades.

Como las humanísticas que anuncian su apertura de inscripciones en leyes, comunicación, turismo y negocios internacionales. Bajo un nuevo enfoque. El mundo los espera… 

LO OSCURO. En el terrible panorama que ofrece a México el descalabro por la pandemia mundial que redundará en una crisis económica de largo alcance a nuestra nación en especial, bien haríamos en ‘cerrar líneas’ quienes somos parte del problema y la solución del desarrollo.

Es decir; actores políticos, empresarios, obreros, académicos, inversionistas, banqueros, micronegocios, campesinos y sociedad en general.

Más allá que busquen culpables por la compra directa de ventiladores para el COVID, saber si se ‘aplana’ la curva dejando de ingerir cerveza o pasando las clases en línea con un papá en toalla saliendo a cuadro.

Más allá de nombrarles de héroes a quienes atienden la salud y les siguen pagando sueldos de actores extras. 

Tesla (Nikola) es el nombre de quien quizá es el norteamericano de mayor reconocimiento, al que la historia no le hizo justicia pues Edison obtuvo los créditos como inventor del manejo de la electricidad que hoy sigue moviendo al mundo.

Su nombre (Tesla) lo adoptó Elon Musk para el desarrollo de los autos hoy en día más famosos, de tracción eléctrica. Es decir, cero emisiones de contaminantes. Los carros eléctricos Tesla.

El carro más barato ronda los 30 mil dólares y en México se comercializan los que merodean los 2 millones de pesos.

¿A qué la explicación?

México –a pesar de los virus- ocupa hoy el lugar número once del mundo en la manufactura del sector automotriz. En la producción de carros terminados y autopartes.

Es el segundo aportador del PIB nacional. Y su atractivo al principal mercado de compra (Estados Unidos) obedece entre otros factores a la reducción de costos de producción (comparado a mantener plantas en EE.UU); los bajos costos de transporte; los bajos salarios (principalmente en tareas de montaje) entre otras variables.

En México se fabrican vehículos desde 1925 y son los principales exponentes de esta dinámica de alianzas con nuestro país, Ford (desde 1925), Nissan (1961), Volkswagen y Chrysler (1964). 

Apenas Brasil hace competencia a la manufactura mexicana, donde la logística hace más atractivo a México como socio comercial y vecino.

De ahí la importancia del sector y la dinámica de recuperación hacia la curva aplanada del coronavirus.

Tesla anuncia un reajuste en sus actividades en las plantas armadoras que hoy tiene en California. Una virtual mudanza a Texas, le hace a México parar orejas hacia la oferta comercial de brindar a Tesla las facilidades para abrir los brazos de territorio novohispano.

El primero en levantar la mano fue el gobernador guanajuatense Diego Sinhué para avisar a Musk “Aquí tenemos en Guanajuato, mano de obra y tecnología suficiente para recibirle”.

Hay ‘detalles’ como en todo, que quizá (sólo quizá) ensombrecen los panoramas de mercados preparados para recibir la inversión. 

La Secretaría de Energía notifica que la producción de energía sustentable obtenida por particulares –es decir, la inversión en más abastecedoras como parques eólicos o de fotoceldas)- no será permitida. 

Lo que limitará la capacidad de transformación por la insuficiencia de energía para las plantas productivas.

¿El enemigo en casa?

Los organismos empresariales manifiestan su preocupación en el sentido de mantener en riesgo la inversión ofertada a México en sector energético en el orden de 30 mil 400 millones de dólares, para empezar.

En el periodo de reactivación que vendrá a ésta nación, se ocupan de muchas Tesla y más gente que le apueste a nuestro país, en la consecuencia que detonará en riqueza que producirán más impuestos y recursos para atender a quienes menos tienen. Que supondríamos es el objetivo primario.

COLOFÓN: Ojalá digamos que ‘entendimos mal’ y sumemos la fuerza de todos para que México recupere muy pronto su grandeza, más allá del petróleo.  

alejandrodeanda@hotmail.com

@deandaalejandro

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