Poema de domingo.- Sí, es la pandemia golpe duro de la vida que obliga a reflexionar y a darle luz a sentimientos solidarios, llenos de amor y fe. Pero también, permite mirar el rostro oscuro de los seres. Descubrir a quiénes ven al rayo del dolor y de la muerte como puente por donde pueden avanzar sus ambiciones. Es, cuando el poema se convierte en herramienta social ¡y grita y deja claro que el barro con que se amasan las emociones, la sencillez, la capacidad de asombro, no es el mismo, a pesar del dramatismo evidente, entre los seres humanos…!
Bernardo Elenes Habas
EL MAR DE LA PANDEMIA
Desfilan sentenciados
entre sombras,
sumergidos en el mar
de la pandemia.
Quieren nadar,
alcanzar la superficie,
suplicarle a Dios
un sorbo de aire puro,
pero el oleaje oscuro,
tormentoso, terrible,
lo ha cubierto todo
como un apocalipsis
despiadado…
Desfilan sentenciados,
heridos de silencio.
La soledad se convierte
en preludio de agonía,
mientras que afuera
del mar de la pandemia,
ríen los incrédulos,
los miserables
que incitan a retar
al rayo del destino…
Muestran su hambre
de poder, hacen campañas,
firman denuncias,
buscan hundir al enemigo.
Preparan asaltos calculados,
queriendo demostrar
supremacía…
Ellos, los que ríen.
Los que hostigan,
Los que dividen.
Los que inoculan ponzoña.
Los que arrojan ácido
al rostro de la vida.
Los que regurgitan
su obsesión de podredumbre,
nunca han creído
que un día,
podrían estar, también,
caminando entre las sombras…
—–o0o—-