Poema de domingo.- Escucho y vibro con la misteriosa sinfonía del viento marino que encierra la caracola que un día puso en mis manos mi madre, para que nunca olvidara mis orígenes de mar y sierra… Hoy le ofrendo dos breves textos marinos que son parte de mi esencia y que habitan las hojas del poemario Cantos de Pescadores, con el que hace 39 años obtuviera el premio de poesía “Juan Eulogio Guerra Aguiluz”, convocado por la Junta de Progreso y Bienestar de Cajeme y la Biblioteca Pública Municipal…
Bernardo Elenes Habas
DOS POEMAS MARINOS
I
Dame el pez nuestro
de cada día,
la fuerza suficiente
para mover la barca,
la condición humana
para mirar de frente
de encender esta noche
lámparas en mi cabaña…
De lo contrario,
arrójame a las olas,
y seré el hombre vuestro
sediento de justicia
cada día…
II
Era la tarde húmeda.
En las calles de Guaymas
buscaba tu recuerdo
después de haber vivido
las espigas de sal
que alta mar me enterraba…
Era la tarde húmeda,
y comencé a escribir
tu nombre
en la pared del viento;
desde el malecón
abrí la jaula a las gaviotas
que habitaban mi pecho
para gritar tu nombre…
Mi canto era lluvioso,
aletargado, gris,
anudado a la piel
de la soledad…
Por eso recorrí las calles,
te construí en todas
las ventanas,
levanté piedras,
exploré la piel desnuda
de la costa,
hasta sangrar mis pies,
mis manos…
Todavía te busco,
aunque presiento
que te has marchado
en la Barca de Guaymas…
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