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Doce años de lucha contra el Acueducto.- El tema del agua en la Nación Yaqui y en el Valle, no es ni debe ser núcleo de políticas partidistas ni de ideologías, es algo que trasciende más allá de cualquier ambición egoísta.

Bernardo Elenes Habas

El tema del agua en Cajeme, en el Valle del Yaqui, no es de políticas partidistas ni debe estar enclavado en el núcleo de ideología alguna.

Es algo que gravita más allá de cualquier ambición o interés egoísta. Porque su horizonte real se concentra en el presente y futuro de una región, con toda su trascendencia humana de progreso, en el que la raíz señera la constituye el ciclo maravilloso de la naturaleza que otorga el esplendor productivo sustentado en el vital líquido, o la decadencia inevitable, estrujante, de futuras sequías.

Guillermo Padrés, acueducto , foto El Sol de Hermosillo.

Por eso el seguimiento que vienen dando desde hace doce años a este preocupante caso el Distrito de Riego del Río Yaqui, el Movimiento Ciudadano por el Agua y la Tribu Yaqui, sin flaquezas, sin retrocesos; hecho que no tiene precedente y tal parece que tenderá a crecer en estos días.

Todo empezó durante la administración gubernamental en Sonora, de Guillermo Padrés Elías (2009-2015); quien procedió, sin recato, en un proyecto impulsado con la complicidad del gobierno de la República, a cargo en ese tiempo del panista Felipe Calderón Hinojosa y poderosos productores y empresarios inmobiliarios de Hermosillo, para secuestrar el agua del Valle del Yaqui.

Para consumar dicho despojo, Padrés Elias ordenó la construcción en 2010 del Acueducto Independencia conectado a la presa El Novillo, inaugurado el 30 de marzo de 2013, con la presencia del entonces presidente Calderón Hinojosa, buscando, ciertamente, abatir la sed de los habitantes de dicha comunidad, pero también, dolosamente, para satisfacer los proyectos de crecimiento y poderío de los capitanes del dinero de la ciudad capital, desatándose así, lo que lastimosamente dividió a Sonora en lucha de sur contra norte.

Hace doce años surgió la resistencia desde la región sur. Comunidades abandonadas y golpeadas por la soberbia política de aquellos que jamás exploraron otras alternativas viables para abastecimiento de agua, de las que, ciertamente, existían antecedentes positivos como el caso de impulsar la instalación de plantas desaladoras que ya alentaba muy decididamente la administración gubernamental de Armando López Nogales (1997-2003); pero que, el entonces alcalde de Hermosillo, Francisco Búrquez Valenzuela, reprobó y abortó con ceguera histórica.

No al Novillo, Cajeme, Sonora

En agosto de 2018, el Distrito de Riego del Río Yaqui, Movimiento Ciudadano por el Agua, Tribu Yaqui, refrendaron la raíz de su lucha contra la extracción de agua que corresponde al sur de Sonora, convocando a quienes fueron candidatos en el proceso electoral de ese año, y que previamente habían firmado el 7 de junio el Acuerdo por unaPolítica de Gestión de más Agua para Sonora, reafirmando así su decisión de apoyar este proyecto social y humano. Solamente no firmaron quienes fueron candidatos a la alcaldía de Cajeme, Rodrigo Bours Castelo, Independiente; y Miguel Ángel Salomón Montiel, MAS, quienes negaron su participación.

Pero sí estuvieron puntuales, Francisco Vega López, con la representación del Alcalde Electo Sergio Pablo Mariscal Alvarado; Emeterio Ochoa Bazúa y Gustavo Almada Bórquez, quienes fueron aspirantes a la alcaldía y que se integraron al cuerpo colegiado de Cabildo, durante la administración 2018-2021.

El compromiso fue sustantivo por la trascendencia que le confería la decisión de lucha desde los cauces legales, por parte de aquellos que enarbolando las siglas del Movimiento Ciudadano por el Agua, sin banderías políticas, con pluralidad y responsabilidad visionaria; la Tribu Yaqui, el DRRY, que han construido en el tiempo una continuidad consistente, defendiendo un derecho natural y legal que no debe arrebatársele a la región,

Por ello, el planteamiento toral del MCA, DRRY y Tribu Yaqui, es que cese la operación del Acueducto Independencia, debiendo acatar el gobierno, en forma inmediata, lo establecido por la ley y los lineamientos judiciales.

La Naturaleza comienza a enviar señales estrictas, inexorables, anunciando que el desierto volverá a ser desierto como resultado de los cambios perversos que la mano del hombre viene realizando contra su sabia distribución y funcionamiento ecológico; de tal manera que el agua recibida durante ciclos milenarios por la región y ahora secuestrada por la ignorancia servil de un ex gobernante –Padrés Elías-, empezará a dejar testimonio de hecho tan aberrante, como en realidad está sucediendo, con una manifiesta y gradual sequía que ya obliga a cambiar y suprimir temporadas de siembra en el Valle.

No hay cerrazón inhumana entre quienes dan la batalla crucial por el agua contra el Acueducto. Alientan la implementación de modernas alternativas, volviendo los ojos y la esperanza al mar, buscando complementar las necesidades del elemento hídrico para consumo humano donde se requiere, como Hermosillo, Guaymas, Empalme.

Y, con fe en el futuro, anhelan lograr que el país se convierta en un espléndido productor de granos básicos como trigo, maíz, frijol, arroz, considerando que para tan noble y esencial tarea de justicia social encaminada a lograr la autosuficiencia alimentaria, el punto de partida obligado es no secuestrar el agua de las regiones, para que la vocación de extensiones agrícolas como el Valle del Yaqui, logren, de nuevo, un timbre de orgullo nacional que ya tuvo: Granero de México.

Le saludo, lector.

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