Poema de domingo.- Dame el pez nuestro de cada día, la fuerza suficiente para mover la barca, la condición humana para mirar de frente y se cumpla mi anhelo de encender esta noche lámparas en mi cabaña… De lo contrario, arrójame a las olas, y seré el hombre vuestro sediento de justicia cada día…
Bernardo Elenes Habas
I
Vislumbras el puerto
de tu génesis
con las primeras
llamaradas de la aurora.
El árbol, el cielo, las estrellas
tienen mutilado su horizonte;
tus sueños inauguran
la alborada.
La lluvia erosiona
el muro de la noche
borrando cicatrices.
Bautizan tus plegarias
el nuevo amanecer
del mundo…
II
Tus manos son refugio de la luz.
De tu garganta vuelan
los pájaros nocturnos.
Le cantas a los sueños
desde tu alma navegante.
Piedra sobreviviente
de la noche,
ardes con la furia de banderas
nunca doblegadas…
III
Tu corazón se agita
entre los nervios
del silencio.
Trasudas el polvo de tu ser,
tiembla el follaje de tu sangre;
respiras el calor de lámparas
insomnes,
refugias en su luz
tus alas quebrantadas,
golpeado por pájaros nocturnos
que asoman a tus sueños
como piedras
desde el agonizante
lamento del naufragio…
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