Conversamos con Jazmín Salazar, la joven mexicana de 25 años, fundadora y CEO de Oxtron, que ha desarrollado un sistema de captura de emisiones de CO2 y otros gases que emiten las industrias
Jazmín Salazar, fundadora y CEO de Oxtron, desarrolló un sistema que integra, por un lado, software para medir y controlar las emisiones de CO2 con, por otro parte, un dispositivo de captura diseñado para atrapar una porción de los gases contaminantes que emiten las industrias. Egresada de la licenciatura de Creación y Desarrollo de Empresas del Tecnológico de Monterrey, decidió aplicar sus conocimientos para lograr un sector industrial climáticamente neutro.
Antes de Oxtron, desarrolló PythO, un biorreactor marino que optimiza la absorción de CO2 para mitigar los efectos de la acidificación en zonas arrecifales y produce un biomaterial que puede ser utilizado para la fabricación de diversos materiales y la creación de una economía circular. El proyecto fue ganador del segundo lugar del Premio de Santander a la Innovación Empresarial. Pero eso fue solo el principio.
“En Oxtron creamos un portafolio de soluciones tecnológicas que pueden ayudar a las empresas a gestionar sus emisiones, ya sea midiendo, controlando o capturando”, dijo Jazmín Salazar, en entrevista con WIRED en Español. “Nosotros ayudamos a las empresas a gestionar sus emisiones para tener una economía baja en carbono, pues no podemos esperar a que se implementen las soluciones que nos gustaría ver rápido”.
Recientemente, Oxtron ha sido seleccionada por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y el Gobierno de la Ciudad de México para participar en el Acelerador de Transición Energética. Esta alianza estratégica busca impulsar la innovación sostenible y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. También ha sido escogida por MIT Technology Review en Español como una entre los ganadores de Innovadores Menores de 35 Latinoamérica 2023.
Jazmín Salazar se enfoca en las emisiones provocadas por procesos de combustión, como las chimeneas industriales, las parrillas de los restaurantes, la quema del carbón, de combustible o de gas, procesos indispensables para las empresas. “Lo que no se mide no se puede controlar”, explica la fundadora de Salazar.
El uso generalizado de compuestos basados en carbono en nuestra sociedad es, por ahora, ineludible. Es la base de la mayoría de los materiales comunes en todas las industrias. No obstante, la extracción de carbono a partir de combustibles fósiles plantea un grave problema medioambiental debido a la emisión de gases de efecto invernadero y la degradación de ecosistemas. Una veintena de empresas estatales y multinacionales contribuyen al calentamiento global con el 35% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y metano. Su uso de combustibles fósiles, a través de la explotación de las reservas mundiales de petróleo, gas y carbón, estaría directamente relacionado con más de un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero en la era moderna.
De acuerdo con una publicación de la Universidad Autónoma del Estado de México, 83% del CO2 generado por las empresas se produce en la etapa de uso, puesta en marcha y mantenimiento de sus operaciones, puesto que se requiere una gran cantidad de energía y productos para que los procesos funcionen.
¿Cómo funciona la captura y medición de CO2 de Oxtron?
Oxtron es una destacada empresa de tecnología limpia o CleanTech que proporciona una solución integral y personalizable para abordar el impacto ambiental. Su servicio tecnológico no solo permite la medición precisa de la huella de carbono de las empresas, sino que también ofrece una solución concreta: el uso del CO2 residual.
Oxtron presenta un sistema modular de vanguardia que opera en varias etapas cruciales. En la primera fase, se incorpora un filtro inicial para evitar la liberación de compuestos dañinos, como el hollín, desde las chimeneas. En la segunda fase, el sistema elimina el ácido sulfhídrico, responsable de la lluvia ácida, y capta una parte del dióxido de carbono, que se almacena a presión en un tanque con la perspectiva de ser transformado en el futuro en valiosos plásticos y otros compuestos químicos. “Nosotros contamos con un software y un hardware. El primer software es una plataforma en la nube que permite medir los inventarios de emisiones de las actividades de las empresas; podemos medir las emisiones directas y de proveedores, como viajes de negocios y de distribución”, explica Jazmín Salazar a esta revista.
Complementando esta innovadora tecnología, Oxtron ha desarrollado un software avanzado que supervisa de manera remota y en tiempo real las emisiones de gases de efecto invernadero en toda la cadena de suministro. Además, Oxtron calcula la huella de carbono de productos alimenticios según sus ingredientes y cantidades, proporcionando una valiosa información que facilita la reducción eficiente de emisiones. “El sistema de captura se instala en las chimeneas de las empresas pequeñas y medianas y, a través de un sistema químico, absorbe los gases para limpiarlos”, dice.
El proceso de captura y purificación de Oxtron inicia conectando sus equipos directamente a las chimeneas o fuentes estacionarias de las empresas, lo que permite redirigir los gases, que normalmente se liberarían en la atmósfera, hacia el sistema Oxtron. Una vez que los gases ingresan al sistema, comienza la fase de purificación. En esta etapa, se eliminan materiales nocivos como hollín, grasa y cenizas, además de depurarse el sulfuro de hidrógeno. El dióxido de carbono resultante se somete a un proceso de purificación y presurización, quedando listo para su almacenamiento o utilización.
La tecnología de captura de carbono de Oxtron ofrece diversas aplicaciones clave que tienen el potencial de transformar la industria mexicana y contribuir de manera significativa a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). “La industria emite tanto dióxido de carbono principalmente debido a la falta de acceso a las soluciones tecnológicas por parte de las empresas. Las tecnologías actuales son muy caras e ineficaces. Con Oxtron democratizamos la reducción del impacto de la industria en la crisis climática”, explica la joven de 25 años.
Salazar ha completado la validación de sus productos y está actualmente lanzándolos al mercado mexicano con el propósito de capturar gases de efecto invernadero. Su visión incluye la expansión del proyecto a empresas de diversas industrias en México antes de extenderlo al resto de América Latina. Además, su objetivo es diversificar la gama de productos derivados del dióxido de carbono, como el metanol y el polipropileno, con el fin de proporcionar soluciones sostenibles y económicamente viables para abordar los desafíos ambientales.
Fuente: es.wired.com