Tal y como lo prometió desde que tomó posesión en el cargo, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo salió de Palacio Nacional para dirigirse vía terrestre a Acapulco, Guerrero, para evaluar los daños y supervisar las acciones implementadas tras el paso del huracán categoría 3 “John”.
En su primera conferencia matutina, la titular del Ejecutivo informó que a las 16 horas de hoy sostendría una reunión con la gobernadora Evelyn Salgado, y con el gobernador de Michoacán, Alfonso Ramírez Bedolla, para hablar sobre lo que provocó el meteoro en ambos estados.
De igual modo, la mandataria advirtió de la necesidad de hacer un nuevo censo para actualizar el número de damnificados y de los daños generados por el fenómeno meteorológico.
Desde el 23 de septiembre, Guerrero comenzó a sufrir los estragos de “John”. Inundaciones, derrumbes, pérdida de hogares y el colapso de vialidades comenzaron a registrarse por doquier, afectando principalmente al puerto de Acapulco y la Costa Grande del estado.
Datos de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), refieren que el paso del ciclón tropical provocó una precipitación pluvial de 949.2 milímetros, equivalente a un año de lluvia.
Ante tal panorama, la alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, pidió al gobierno emitir una declaratoria de emergencia debido a que no contaba con los recursos suficientes para atender esta nueva tragedia, que llegó en plena reconstrucción a 11 meses del devastador huracán “Otis”.
De igual modo, un reporte extraoficial da cuenta de un total de 23 decesos en Guerrero, cinco en Oaxaca y uno más en Michoacán; no obstante, el gobierno federal sólo reconoce 15.
Por su parte, en su última intervención ante los medios de comunicación -30 de septiembre-, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, reportó que 25 mil elementos de las Fuerzas Armadas ya estaban en el lugar para ayudar y resguardar a la población afectada.
López Obrador también destacó que la energía eléctrica ya había sido reestablecida en las zonas que resultaron dañadas; que había mil personas en los refugios establecidos en los cuales estaban garantizadas tres comidas calientes diarias, así como servicios de salud, entrega de despensas y agua potable.