A partir de esta semana, entra en vigor en todo el país la llamada “Ley Silla”, una reforma a la Ley Federal del Trabajo que obliga a los empleadores a garantizar que los trabajadores, especialmente quienes realizan labores de pie prolongadamente, tengan acceso a un asiento durante su jornada laboral.

La iniciativa, promovida por legisladores de distintas bancadas y respaldada por organizaciones laborales, tiene como objetivo prevenir afectaciones a la salud derivadas de estar muchas horas de pie sin descanso, una práctica común en sectores como el comercio, la hostelería y la vigilancia.
El artículo reformado establece que los patrones deberán proporcionar sillas o bancos adecuados, así como permitir pausas para sentarse cuando la naturaleza del trabajo lo permita, sin afectar la productividad ni el servicio.
Especialistas en salud ocupacional han celebrado la medida como un avance en la protección de los derechos laborales y el bienestar físico de los empleados. “Permanecer de pie por tiempo prolongado puede generar problemas circulatorios, articulares y musculares”, señalaron desde el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Por su parte, algunas cámaras empresariales han expresado preocupación sobre la implementación, aunque coinciden en que la norma no representa un impacto económico significativo si se aplica con criterios de flexibilidad.
La Secretaría del Trabajo anunció que realizará inspecciones para verificar el cumplimiento de esta nueva disposición y se podrán imponer sanciones a los empleadores que la ignoren.
Con la “Ley Silla”, México se suma a países como Chile y Argentina, donde ya existen regulaciones similares orientadas a dignificar las condiciones laborales.