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Ciudad Obregón, Sonora. – Quizá lo has escuchado en documentales o en libros de historia: el Carbono 14. Este elemento se ha convertido en una de las herramientas científicas más fascinantes para descubrir los secretos del pasado. Pero, ¿qué es exactamente y por qué es tan importante?

El Carbono 14 (C-14) es un isótopo radioactivo del carbono que se encuentra de manera natural en la atmósfera. Los seres vivos —humanos, animales y plantas— lo absorben durante toda su vida a través de la respiración y la alimentación. Sin embargo, al morir, el organismo deja de incorporarlo y el C-14 comienza a desintegrarse lentamente.

La máquina del tiempo de la ciencia

Esta característica permite a los científicos calcular la edad de restos orgánicos mediante un proceso conocido como datación por radiocarbono. En términos simples, el C-14 funciona como un reloj natural: cuanto menos carbono 14 queda en un objeto, más antiguo es.

Gracias a esta técnica, arqueólogos, paleontólogos e investigadores han podido fechar fósiles, restos humanos, tejidos, maderas e incluso piezas de arte milenarias, con un alcance de hasta 50 mil años de antigüedad.

Aportaciones a la historia y la arqueología

El Carbono 14 ha permitido resolver grandes enigmas de la humanidad: desde determinar la antigüedad de momias egipcias y vestigios mayas, hasta precisar la edad de huesos de animales prehistóricos. También ha sido clave en la reconstrucción de la historia climática de la Tierra, al analizar restos de plantas y maderas en diferentes épocas.

Una herramienta con límites

Aunque poderoso, el método no es infalible. No puede aplicarse en materiales como metales o piedras, y en objetos de más de 50 mil años los niveles de C-14 son tan bajos que resulta imposible medirlos con exactitud. Aun así, continúa siendo una de las técnicas más confiables para fechar restos orgánicos.

Ciencia al servicio de la humanidad

En conclusión, el Carbono 14 es mucho más que un término científico: es una auténtica puerta al pasado que ha permitido al ser humano conocerse mejor, reconstruir su historia y comprender cómo ha evolucionado el mundo a lo largo de los milenios.