¿Será para renovarse o morir, la asamblea priísta?.- ¿Podría convertir a Manlio en el candidato rebelde o promotor de la gobernabilidad?.- En política, nada está escrito.- Denisse Navarro, Chayito Oroz, Marcelo Calderoni, Raúl Ayala, delegados al cónclave
Bernardo Elenes Habas
La XXII Asamblea Nacional del PRI, a llevarse a cabo el próximo sábado, con importantes mesas de trabajo en diferentes puntos del país, es, en esencia, piedra de toque para muchas interpretaciones.
Tal vez por eso las expectativas que despierta entre la clase política en general, y más allá, en la curiosidad de la ciudadanía desligada de partidos, quien espera señales sobre el principio del fin de la hegemonía tricolor, o la construcción de puentes que permitan al instituto fundado por el sonorense Plutarco Elías Calles hace 88 años, colocarse en las avenidas virtuales de los nuevos tiempos.
Se percibe, pues, que no será una asamblea más, como las que se han fraguado en las entrañas priístas, donde, ciertamente, los resultados que éstas arrojaron fueron magros, porque las condiciones objetivas y subjetivas que prevalecían eran muy distintas a las de hoy.
El sistema político-gubernamental no estaba agotado. No se cernía como amenaza implacable sobre la estructura de la República, la ingobernabilidad. No participaba en forma organizada la sociedad contra la corrupción. Aún se podía controlar el descontento popular ante el escarnio de los fraudes electorales. El tigre permanecía dormido, pese a los fuertes tirones de rabo que le daban los oficiantes de la política desde las franquicias de los partidos.
Todo será noticia, en las conclusiones del citado concilio. Si eliminan o no los candados para elegir candidatos. Si aprueban o no la propuesta de Gobiernos de Coalición que impulsa Manlio Fabio Beltrones. Si se abre a la militancia y a la misma sociedad civil, la elección de abanderado a la Presidencia de la República, o se mantiene el privilegio supremo de que el Mandatario -Enrique Peña Nieto- designe a su probable sucesor.
Será noticia el hecho de que el cónclave priísta, por las definiciones que emitan sus mesas de discusión y análisis, conviertan o no a Beltrones Rivera en candidato rebelde, con el PRI, sin el PRI o a pesar del PRI, pero dentro del círculo tricolor desde el PVEM, llevando como propuesta nacional la Coalición de Gobierno, y quizás, como agregado para fortalecer constitucionalmente ese proyecto, la revocación de mandato. En política, nada está escrito.
Muchas cosas se pueden esperar de la XXII Asamblea, para que el PRI continúe vivo marcando rumbo al 2018; o sucumba, el próximo 12 de agosto, derrotado por los mismo priístas…
Aunque, tal vez es oportuna ahora la parábola de León Felipe, el poeta español de Versos y oraciones de caminante, de Mi viejo y roto violín: “Pero, ¿qué están hablando esos poetas ahí de la palabra?/ Siempre en discusiones de modisto:/ que si desceñida o apretada…/ que si la túnica o que si la casaca…/ la palabra es un ladrillo. ¿Me oísteis?…/ ¿Me ha oído usted, Señor Arcipreste?/ Un ladrillo para levantar la Torre… y la Torre/ tiene que ser alta…, alta…, alta./ Hasta que llegue a la última cornisa/ de la última ventana/ del último sol/ y no pueda ser más alta./ Hasta que ya entonces no quede más que un ladrillo solo,/ el último ladrillo, la última palabra,/ para tirárselo a Dios,/ con la fuerza de la blasfemia o la plegaria…/ y romperle la frente… A ver si dentro de su cráneo/ está la luz… o está la nada…”.
Y en Cajeme, los militantes priístas que fueron comisionados para trabajos específicos en diferentes mesas de la asamblea, tienen cierto que esa responsabilidad se la han ganado a pulso y les confiere el reconocimiento de sus correligionarios.
¿O cree usted, que por mera suerte, mujeres como Denisse Navarro Leyva y María del Rosario Oroz Ibarra fueron tomadas en cuenta para dicho objetivo? Ellas son evaluadas por su partido y podrían estar en las boletas en junio del 2018.
Lo mismo sucede con Marcelo Calderoni Obregón, quien demuestra capacidad en las encomiendas municipales que le hace el alcalde Faustino Félix Chávez, aunado a su perfil incluyente, trato humano y cercanía con la gente, lo que le abriría las puertas del Palacio Legislativo de San Lázaro, para que se recupere el abandono de casi tres años en que se ha mantenido el Distrito 06.
Desde luego, en esa suma de alternativas, se vuelve evidente que los nombramientos de delegados conferidos a Raúl Ayala González, Andrés Rico Pérez y Armando Alcalá, tienen una razón de ser, y entre otras, además de sus capacidades, su lealtad partidaria…
Le saludo, lector.
