Poema de domingo.- El invierno, escribe en la alameda su rumor de hojarasca…Caen las lluvias de enero congelando las voces. Haciendo que naveguen el río de la memoria los nombres de los muertos. Los que viven tatuados en la raíz del alma…
Seres que se marcharon inexplicablemente, llenos de soledad, sin poder despedirse, sin un beso en la frente, una oración de paz… ahogados en recuerdos…
Cenizas convertidas en frías estadísticas pregonadas de noche, que crecen, crecen, crecen inexorablemente, como si celebrasen, desde un palacio histórico, la fiesta de la muerte…
Bernardo Elenes Habas
INVIERNO
Diluye la mañana
Su canción fatigada.
con su garganta rota.
Naufraga en el crepúsculo
un tiempo de hojarascas.
El invierno que muere
se toca el corazón,
respira cuchilladas.
El río y sus nostalgias
se beben la distancia.
El sol de enero esculpe
sobre su piel acuosa
congelados relámpagos.
Extienden las ciudades
sus lamentos telúricos.
Abre surcos el viento en la playa, en el valle,
en la montaña incierta donde nace la aurora,
atrás de las estrellas que tiemblan por las noches;
en la brisa que canta
cuando la flor y el árbol se aroman de guitarras.
Murmura el horizonte con sus palabras líquidas,
con sus verbos de humo,
con sus ojos vehementes,
con sus labios sedientos
implorándole al cielo…
Luego, vendrá la lluvia…
la que hará germinar
desde el barro y cenizas
la flor de la esperanza
como un grito de sol,
una canción de vida…
Luego, vendrá la lluvia…
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