Poema de domingo.- La voz de los poetas está obligada a alumbrar caminos, a crecer como una llamarada cuando la violencia cercena el sentimiento de los pueblos, cuando el dolor de la gente no se escucha y se aplazan las demandas de justicia. La voz de los poetas debe sentirse como un trueno y caer como la lluvia sobre las conciencias, porque se constituye en la última oración para poder hablarle a Dios…
Bernardo Elenes Habas
Que no callen los poetas.
Que sus voces desplieguen
sobre el campo de batalla
sus verbos y adjetivos,
metáforas de lumbre
combatiendo tiranías,
pero también construyendo
espigas de luz
con la voz adolescente
de los vientos,
desbrozando caminos,
marcando la ruta
de los mares,
carta de navegación
escrita en la piel
del universo
para encontrar la paz, el amor
y la esperanza…
Que no callen los poetas
cuando la violencia
abre surcos de sangre
en la parcela,
en los viejos caminos
de los pueblos,
en el alma atormentada
de la gente.
Que no callen los poetas,
porque sus voces consteladas
serán la última oración
para pedirle a Dios
que nos escuche…
¡Que no callen los poetas…!
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