
El Río de la Vida, es un sueño sustantivo nacido de la mente de talentosos sonorenses y de campesinos sensitivos, que saben leer el viento y su heredad, marcadas en el tiempo. Un sueño que no prescribe, que se ha vuelto narrativa transmitida entre generaciones de familias de la entidad, al caer la noche, en torno a la hoguera, cuando las voces viejas de abuelos y padres, hombres y mujeres, siembran desde siempre en el corazón de tierra de sus hijos, la esperanza: Les dicen que el desierto, las tierras yermas, pueden florecer, y aun en épocas de sequía dar granos nutricios, espigas luminosas de trigo, exponer la ternura viva del maíz, pero es necesario abrir el Río de la Vida con su agua… Primero construirlo con la magia de los sueños, que son los planos del futuro, luego con las manos y la voluntad irrenunciable para volverlo realidad…Y ese sueño portentoso está en marcha, un puñado de sonorenses riega con sus esfuerzos la semilla que se llama PLHINO, la que no han permitido que muera y quieren hacer realidad…
Bernardo Elenes Habas
I
El Río de la Vida recorre la esperanza,
se vuelve remolinos de inescrutable voz,
gritos entusiasmados en mitad de la noche,
avizorando sueños, trascendiendo inquietudes
en remansos de paz.
II
El Rio de la Vida
canta salmos sencillos,
poemas taciturnos, sueños de soledad…
se bebe los desiertos, siembra semillas líquidas
en su intento obstinado de fecundar el sol…
III
El Río de la Vida sueña que el surco infértil
se extienda ante el milagro de la vegetación,
pintar de verde eriales, hacer nacer ciudades
con las semillas frescas
brotando de las manos de Dios El Sembrador.
IV
El Río de la Vida busca darle su cauce
al pecho de Sonora; humedecer entrañas,
remover sus raíces, apagar su sequía,
su lumbre subterránea,
para que en una espiga palpite la esperanza,
la flor azul del viento, el corazón del agua
derramando bondades en tierras calcinadas
por la desolación.
V
El Río de la Vida quiere traer consigo,
en sus manos abiertas naciendo desde el sur,
líquido que convierta parcelas prodigiosas,
potreros sensitivos, progreso compartido:
desierto en floración.
El Río de la Vida…
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