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Ciudad Obregón, Sonora.– Uno de los símbolos de la Revolución Mexicana en el espacio público de Ciudad Obregón fue recientemente objeto de una peculiar modificación: la estatua del General Emiliano Zapata, ubicada en la esquina de la calle Michoacán y el bulevar Ignacio Ramírez, en la colonia Constitución, amaneció sin su característico fusil… y en su lugar, alguien colocó lo que parecen ser dos palos de escoba.

Esta figura, erigida en honor al caudillo del sur y pieza emblemática dentro del parque, representa a Zapata con su tradicional sombrero, bigote, bandoleras cruzadas al pecho y, hasta hace poco, un rifle en la mano. Hoy, la imagen del revolucionario luce incompleta, sin embargo, no deja de ser una muestra preocupante del abandono y la falta de mantenimiento al patrimonio histórico de la ciudad.

Vecinos y transeúntes han mostrado reacciones divididas ante esta “solución temporal”: algunos lo ven con humor, otros lo consideran una falta de respeto hacia un personaje clave en la historia de México. Lo cierto es que la sustitución improvisada no pasa desapercibida.

En la placa se recuerda que este monumento fue reubicado como parte de los festejos del Centenario de la Revolución Mexicana en 2011, bajo la administración del entonces presidente municipal Manuel Barro Borgaro. A más de una década, la estatua parece clamar por atención y restauración digna.

Mientras tanto, Emiliano Zapata sigue firme… pero ahora empuñando lo que podrían ser los símbolos más revolucionarios del ingenio popular: dos palos de escoba.


¿Hasta cuándo seguirá Zapata sin fusil? La respuesta parece estar, como siempre, en la voluntad de nuestras autoridades y el compromiso con la memoria histórica.