Clase de reencuentro de hermanos distanciados y hermanastros que hasta hace poco se daban, como en el corrido, de puñaladas allá entre los matorrales, lo que veremos en Sonora en los próximos meses.
La Comisión Permanente del PAN acordó registrar ante el INE el famoso Frente Amplio Opositor, que no es ni Frente, porque excluye a muchas representaciones sociales; que no es ni amplio, porque va sólo con el PRD y el MC, y ni es opositor, porque más que buscar la derrota del partido gobernante (PRI), parece tener como objetivo principal frenar el avance de Morena, partido opositor. Vaya paradoja.
Esta lanzada ya generó fricciones fuertísimas en las cúpulas tanto del PAN como del PRD, y basta ver la respuesta que el perredista Pablo Gómez dio a su dirigente nacional, Alejandra Barrales cuando ésta urgió a quien quisiera irse, a que se vaya, pero rápido. No me quiero ir ni me voy. Los que deben irse son ustedes, tránsfugas de la política, le dijo, palabras más, palabras menos, el veterano luchador de izquierda a la ex aeromoza inexplicablemente enriquecida en los últimos años.
En Sonora las cosas se pondrán bastante curiosas. En breve, veremos sentados en la misma mesa a la dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, María Dolores del Río y a su homólogo del PAN, David Secundino Galván Cázares. Apenas hace un par de años, María Dolores renunció al PAN, renegando no del partido, sino de la cúpula partidista que en ese momento y hasta la fecha, tiene como guía moral (es un decir) y político a Guillermo Padrés Elías.
La ex panista buscaba ser candidata a la alcaldía de Hermosillo (que ya ocupó entre 2003 y 2006), apoyada por el entonces alcalde Alejandro López Caballero, pero la nomenklatura padrecista decidió que el candidato fuera Damián Zepeda. Dolores abdicó del PAN junto con un buen número de militantes y se fueron a Movimiento Ciudadano. El resultado de la elección ya se conoce: Damián Zepeda sufrió la derrota más estrepitosa que se recuerde para candidato panista alguno.
Los padrecistas apuñalaron (metafóricamente) a López Caballero, a Dolores del Río y a cuantos ex correligionarios pudieron acusar de traición. Dolores, por su parte, no escatimó señalamientos más que críticos contra los padrecistas. Sus vidas parecían irreconciliables. Hoy estarán juntos de nuevo.
Por el lado del PRD las cosas están todavía más curiosas. Una facción de ese partido, en la que destacaban Juan Manuel Ávila, José Guadalupe Curiel, Alcira Chang y su esposo Juan José Lam; Gorgonia Rosas, entre otros tejieron una alianza de facto con el padrecismo desde 2009. Al lado de Padrés vivieron momentos de gloria y de solvencia económica indiscutible, amén de usufructuar cargos públicos que le resolvieron temporalmente la vida a muchos.
A partir de 2012 las cosas cambiaron un poco. Otra facción perredista, la encabezada por Carlos Navarro López, entonces diputado local, se convirtió en un polo crítico feroz hacia la administración padrecista, que ya acusaba el declive moral y político.
Los Perrepanistas de Lupillo Curiel y compañía buscaron entonces crear un nuevo partido, financiado, dicen, por el ex candidato panista a la gubernatura Javier Gándara Magaña, aunque personalmente tengo mis reservas. No porque a Javier le molestara la idea de tener aliados a futuro, sino porque el señor no tiene precisamente la fama de ser un mazapán, por lo blandito.
Con el nuevo frente PAN-PRD-MC, los perredistas “Chuchos” (corriente a la que pertenece Carlos Navarro López) habrán de compartir la mesa con David Galván, Javier Neblina, Agustín Rodríguez, Teresa Lizárraga, Javier Dagnino e, indirectamente, con Guillermo Padrés.
Mientras tanto, los perrepanistas, que se quedaron como el perro de las dos tortas, habrán de estar a la espera de las migajas que caigan de la mesa, para ver si les toca por lo menos la novena regiduría suplente del Ayuntamiento de Banámichi, o una ‘subdireccioncita’ por el amor de dios, para citar al inmortal Ismael Mercado Andrews.
Ayer les comentaba que la elección 2018 sería atípica. Hoy se los confirmo.
II
Lunes de fiesta en Nogales, el de ayer. La visita del director nacional del IMSS, Mikel Arriola trajo buenas noticias para esa frontera y otros municipios de la región.
La mejor de ellas fue el anuncio de que para el próximo mes de diciembre estará siendo inaugurado el nuevo hospital general de zona, una obra largamente esperada en la que se invierten 961 millones de pesos y que vendrá a beneficiar a 400 mil derechohabientes de Nogales, Magdalena, Santa Ana, Ímuris, Caborca, Altar, Pitiquito, Santa Cruz, entre otros municipios de la zona.
Sonora ha despuntado en los últimos años en generación de empleos, y Nogales es uno de los municipios que mayor crecimiento ha tenido en ese rubro, de allí la ponderación hecha para construir este hospital donde se ofrecerá atención en 39 especialidades médicas, en 144 camas con instalaciones modernas y eficientes, equiparables, según dijo Mikel Arriola, a las que se ofrecen en clínicas de Estados Unidos y Europa.
La gobernadora Claudia Pavlovich acompañó al funcionario federal en la gira de supervisión de avances en esta obra, que viene a sumar potencial a la infraestructura hospitalaria, una de las áreas donde mayor atención ha puesto este gobierno, y donde se incluye otro gran proyecto como es el hospital de especialidades que será construido en Hermosillo, también con una inversión de mil millones de pesos, aunque éste no es del IMSS, sino de la Secretaría de Salud, cuyo titular Gilberto Ungson se mantuvo durante toda la gira muy cerca de la gobernadora y el funcionario federal.
Otro que se vio muy activo fue el secretario de Educación, Ernesto de Lucas Hopkins, ya que también se anunció la construcción de dos nuevas guarderías del IMSS, con capacidad para atender a 500 menores más. Con un agregado: mediante un convenio con la SEC, las 74 guarderías que operan en Sonora en turnos de nueve horas, incluirán el primer año de preescolar para más de 5 mil pequeños, aliviando las presiones de los padres trabajadores.
Por allí también la presidenta del Congreso, Kitty Gutiérrez Mazón y el secretario de Gobierno, Miguel Ernesto Pompa Corella, así como su primo Humberto Robles Pompa, ambos oriundos de aquella región y con su corazoncito puesto en alguna candidatura.
III
Y a propósito de comparativos, el alcalde Maloro Acosta entregó ayer uniformes y equipamiento para los mil 200 agentes de la Policía Municipal, que incluyen botas, pantalón, camisas, gorras tácticas, chamarra, fornituras, lámparas sordas, chaleco balístico nivel III, con dos placas que lo escalan a nivel IV, y cámaras de solapa, para certidumbre y testimonio digital del servicio que el oficial presta.
Todo este paquete tiene un costo de 12 mil pesos por cada elemento, lo que habla de una cuantiosa inversión, cuatro veces mayor a la que se hizo en la administración pasada, cuando se invirtieron alrededor de 3 mil pesos por elemento en este rubro.
En total, son más de 30 millones de pesos lo que se ha invertido en uniformes y equipamiento para el total de la corporación, incluyendo al Grupo de Operaciones Tácticas que porta uniforme diferente, para distinguirlo de la preventiva (azul) y la de tránsito (blanca).
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