Qué interesante resulta la fórmula del PT al senado de la República, por los elementos de análisis que arroje al término de la contienda y que ofrezcan un panorama más claro de la efectividad o el desuso del corporativismo como mecanismo de captación de votos. Y por el movimiento que podría suscitar en el tablero electoral del estado.
Me explico. En los cómputos de los 21 distritos locales y los 72 ayuntamientos el Partido del Trabajo obtuvo alrededor de 90 mil votos en la elección anterior, que para nada es una suma despreciable, aunque se encuentra muy lejos del umbral donde se disputan cargos como los del senado, que debe andar por encima de los 300 mil votos.
Se debe considerar también que esos votos los contabilizaron los candidatos locales en cada uno de los distritos y ayuntamientos y no una sola fórmula, pero de alguna manera se le pueden abonar a la marca PT y claro, a ciertos perfiles como los postulados en Guaymas, Navojoa, Huatabampo, entre otros municipios donde tuvieron la mejor cosecha de votos.
Con la fórmula al senado integrada por Célida López y Froylán Gámez sucede un caso interesante. Fueron postulados como una segunda opción del bloque gobernante para conquistar el escaño de primera minoría a partir de la transferencia de votos desde Morena, y por qué no, desde el PRI y el PAN, considerando que ya la CTM sumó su apoyo y la cabeza de fórmula, Célida López ha sido insistente en llamar a sus excorreligionarios del PAN a votar por ellos.
Como sea, cualquier cantidad de votos que se agreguen a los cerca de 90 mil obtenidos por el PT en 2021, tendrían que contabilizarse a esos sectores que han manifestado su apoyo, así sea a nivel de sus dirigencias, como es el caso de la CTM, el STIRT, el sindicato de los trabajadores del sector salud, y más recientemente la Sección 54 del SNTE y organizaciones del Consejo Sindical y Social Permanente del Estado de Sonora, donde convergen desde universitarios hasta burócratas estatales.
Con esa base de 90 mil votos obtenidos en la elección pasada, y la suma de todas esas organizaciones sindicales, podría pensarse que la fórmula del PT estaría en condiciones no solo de disputar el escaño de primera minoría, sino de meterse seriamente en la pelea por los dos de mayoría.
Eso, claro, aún en el terreno de lo hipotético, pues se sabe que desde hace muchos años, los trabajadores sindicalizados no obedecen las consignas de las cúpulas; el voto corporativo se ha convertido en un mito, pues de no ser así, el PRI jamás hubiera perdido el poder.
Se sabe también que las dirigencias sindicales, sobre todo de aquellas organizaciones tradicionalmente cercanas al gobierno en turno, se mantienen precisamente a partir de esa veleidosidad con la que han sabido negociar posiciones con el poder, independientemente de las siglas partidistas que lo detenten; esto se dio de manera más marcada a partir de la primera alternancia en el país, en el año 2000.
Eso no significa que las bases marchen por el mismo camino y que orienten sus votos hacia donde apunten los dirigentes.
Lo que sí resulta significativo en esta coyuntura, es que sea la fórmula del PT la que esté sumando esos apoyos, y no la de Morena, que encabeza Lorenia Valles acompañada de Heriberto Aguilar.
O es un exceso de confianza de parte de los candidatos morenistas, o es una proyección fría y milimétricamente medida, o es un riesgo calculado para cumplir el Plan C, que básicamente busca hacerse con los tres escaños que se disputan en las urnas.
Otra teoría, que estaría rayando en lo ‘conspiranoico’ es que una mano poderosa está haciendo valer su fuerza desde Palacio para proyectar al primer lugar a la fórmula del PT, dejando a Lorenia con el escaño de primera minoría y con ello, sacando de la jugada a Heriberto Aguilar.
¿De cuál jugada? Pues la del 2027, cuando se decida el relevo de Alfonso Durazo en la gubernatura, que por cierto será por primera vez de tres años para volver concurrentes las elecciones presidenciales y la de gobernador a partir de 2030. Y es que la historia de los últimos 30 años indica que los sucesivos gobernadores (y una gobernadora) han salido del Senado.
Pero esto, además de caer en el puro y llano terreno de la especulación, sería además una jugada de alto riesgo en la que, dividiendo los votos de Morena, se les cuele por alguna rendija la fórmula del PRI-PAN-PRD.
El escenario topa desde luego con las mediciones que hasta el momento se han hecho y que indican que la fórmula del PT se encuentra muy lejos incluso del segundo lugar.
La encuesta de la empresa Demoscopia Digital coloca a la fórmula de Morena con el 40.2% de la intención del voto, seguido de la fórmula del PRI-PAN-PRD con 24.8% y en tercer lugar a la del PT con 13.1%. En un lejano cuarto lugar se encuentra la fórmula de MC con 4.4%.
Una transferencia de, digamos, 15% de los votos de Morena hacia el PT movería por completo el escenario.
Qué nervios.
II
Por restricciones propias de la veda electoral que prohíbe la promoción de programas de gobierno, la información sobre la reciente visita del presidente de la República a Sonora para supervisar avances en las políticas de salud pública, se manejó con mucha reserva.
Trascendió sin embargo que por parte del gobernador Alfonso Durazo hubo buenas cuentas en este tema, ya que Sonora es el único estado del país que ha rehabilitado el 100% de los centros de salud y registra uno de los mayores avances en la contratación de médicos especialistas, con más del 50% de cobertura.
Sigue además el proyecto de convertir el viejo Hospital General en un hospital universitario IMSS-Bienestar, donde la expectativa es especializar al menos 100 médicos por año, sobre todo los graduados de la escuela de Medicina de la Universidad de Sonora, separada solo por una calle del nosocomio.
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