Poema de domingo.- jugábamos con las palabras. Las aromábamos de metáforas y ritmos. Siempre estábamos sacándoles brillo y las poníamos convertidas en poemas, sobre las mesas de los bares; retomándolas, en muchas ocasiones, Carlos Verduzco Meza, Horacio Soto, Antonio Fonseca, Carlos Alberto González Berlanga, y sus guitarras. Matizándolas con el pentagrama de luz que les navegaba la sangre…
Así, las letras de Rigoberto Badilla, Jesús Antonio Salgado, Daniel Delgado Saldívar, José Manuel Franco, las mías, probaron el agua bendita y breve de la trova, para desvanecerse, después, como un suspiro…
Le entrego hoy, un madrigal de amor que aprendió a sobrevivir el tiempo y sus tormentas…
Bernardo Elenes Habas
PRECANTO
Mujer de sol,
de mis sueños.
Déjame construir
la fe
de los caminos.
Es tiempo de elevar
los muros de la vida,
de pegar ladrillo
tras ladrillo
-prodigio de andamios
y plomadas-,
levantando el filo
vibrante
de la voz,
la arquitectura
encendida
de los cuerpos,
con el acto profundo
del amor
y sus líquidas
hogueras…
Es tiempo,
mujer,
de construir el nido
para que el niño
que cabalga
el pentagrama azul
de mi guitarra,
siembre un canto de luz
cuando murmure
la magia eternizada
de la sangre:
padre, madre…
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