Los automóviles en Estados Unidos pronto podrán negarse a andar si el conductor está intoxicado, gracias a sensores capaces de detectar alcohol en el aliento o a través de la piel. Sin embargo, estas tecnologías son un desafío para los defensores de la privacidad y las libertades civiles.
El presidente Joe Biden firmó esta semana una ley que obligará a los fabricantes de automóviles a incorporar esas funcionalidades en los próximos años.
En un país donde conducir bajo los efectos del alcohol mata a más de 10,000 personas cada año, y donde la tasa de alcohol permitida es en promedio más alta que en muchos otros países occidentales, la nueva legislación está generando mucho entusiasmo.
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