Comienza el desmantelamiento del PRI; Morena de fiesta

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Cuesta abajo en su rodada, Alito Moreno parece dispuesto a pasar a la historia como el enterrador del PRI, el partido que gobernó México durante más de 70 años consecutivos y del que ya queda solo una pálida sombra.

El tema en el plano nacional es importante, pero tiene sus reverberaciones en los estados, y concretamente en Sonora el ejemplo es emblemático para ilustrar el gran quiebre institucional de la otrora poderosa aplanadora.

El asunto es serio para el tricolor, pues si el desmantelamiento estuviera signado por el relevo de los que se van, con cuadros de gran experiencia en la organización, el trabajo de tierra y fogueados en campañas electorales, muchas de ellas exitosas, se podría avizorar un buen destino. Pero no es así.

Una somera ojeada a la integración de la nueva dirigencia estatal encabezada por Onésimo Aguilera e Iris Sánchez Chiu, mostraría un ‘line up’ que ni de lejos aparece competitivo rumbo a lo que viene en 2024 y que no tiene que ver solo con las candidaturas, sino con los trabajos de reorganización interna, de motivación a las bases, de relanzamiento de sectores y organizaciones y, hacia afuera, con el replanteamiento de su política de alianzas.

Aunque el contexto era completamente diferente en 2015, comenzando por el hecho de que Morena, fundado apenas un año antes ni siquiera aparecía significativamente en el mapa electoral, el PRI no solo le arrebató la gubernatura al panismo padrecista sino también la mayoría en el Congreso local. La maquinaria funcionaba.

Luego vino la ola AMLO en 2018 y después la de 2021, llevándose no solo las expectativas de los tricolores, sino también de los panistas (salvo aquellos que alcanzaron a saltar a tiempo a Morena), en una marejada que sacudió al país entero.

A Claudia Pavlovich la expulsaron de su partido bajo acusaciones de haber entregado el estado a Morena; acusaciones que vinieron paradójicamente de Alito Moreno, que siguiendo esa lógica se irá del tricolor con la nada honrosa carga de haber entregado no uno, sino diez estados.

Ayer, Natalia Rivera Grijalva renunció al PRI después de 30 años de militancia. Lo hizo a través de una carta en la que expone sus motivos y que fue ampliamente difundida.

El caso de la actual presidenta de la Mesa Directiva del Congreso es notable, y aunque ha sido fuertemente ‘troleada’ por su renuncia (no es la primera vez que la hacen blanco del ‘fuego amigo’), mantiene la ecuanimidad y anticipa que no se distraerá en responder esas ‘troleadas’.

Ayer la tuvimos en los micrófonos de la Red 93.3 y fue inevitable preguntarle por el tema. Concretamente sobre uno de los cuestionamientos más recurrentes que versa en el sentido de que se va del PRI después de que el partido le ha dado todo.

El argumento sería válido si Natalia no hubiera ganado a pulso cada una de las posiciones que ha ocupado, por cierto no muchas de verdadera relevancia, salvo la jefatura de Oficina del Ejecutivo con Pavlovich y ahora la diputación local.

Pero comenzó a participar en el PRI desde los 16 años en las tareas más modestas y participó en doce campañas electorales haciendo trabajo de tierra no solo en Sonora, sino en Tamaulipas, Estado de México y otros lugares. Su trabajo fue durante todos esos años ayudar a que otros y otras llegaran a regidurías, alcaldías, diputaciones locales y federales; al senado. Es decir, tampoco es que le hayan regalado nada.

Con esa convicción se va a Movimiento Ciudadano. A construir y aportar desde abajo: “no voy por una candidatura, eso no está puesto sobre la mesa; no lo hice nunca en el PRI y no lo voy a hacer en MC. Yo sé que cuando trabajas en equipo en tareas desde las más modestas, siempre hay oportunidades, pero hay que ganárselas así, trabajando, dice.

El hecho cierto es que Claudia Pavlovich ya no está en el PRI, Natalia tampoco; el Pato de Lucas ya tiene un pie fuera y se esperan otras renuncias. Lo que no se ve, insisto, es un ‘line up’ que despierte entusiasmo en un partido bastante alicaído.

Por cierto, anoche la Sala Superior del TEPJF con sede en Guadalajara declaró improcedente el recurso de impugnación presentado por Zaira Fernández y Pascual Soto contra Onésimo e Iris. El asunto no está muerto, pues lo remitió al Tribunal electoral del estado, donde habrá de resolverse.

Son, sin embargo muy pocas las expectativas de que aquí les favorezca la resolución. Si eso sucede y definitivamente ‘le dan palo’, es altamente probable que entonces sí comience la verdadera desbandada en el tricolor.

II

Y bueno, como la vida es una tómbola-tómbola-tómbola, una rueda de la fortuna, un tranca-palanca en el que a veces estás arriba y a veces estás abajo, mientras en el PRI y el PAN hay vientos de funeral, en Morena suena la tambora a todo lo que da.

Hace unos días se reunieron sus principales dirigentes para celebrar el octavo aniversario de la fundación de su partido, y ayer el presidente estatal David Mendoza Rivas se reunió con consejeras y consejeros estatales para preparar la renovación de esa instancia de dirección partidista.

El próximo 30 de julio se llevarán a cabo las asambleas distritales para elegir a 35 hombres y 35 mujeres que integrarán el nuevo Consejo estatal, que habrá de encabezar los trabajos relacionados con el proceso electoral de 2024.

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