Este es el Pabellón Étnico del FAOT 2024

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Ir al Pabellón étnico del Festival Alfonso Ortiz Tirado 2024 es una experiencia que se puede definir como “caminar entre estrellas”. Desde el recorrido para llegar a la Casa de la Cultura “María Félix” uno tiene la sensación de ir recortándole distancia al cielo. Quizá es que vamos entrando al Chokim ania o mundo de las estrellas de los yaquis.

El Pabellón étnico comprende una experiencia multisensorial: los olores y sabores de una gastronomía que sabe dimensionar el tiempo y la paciencia de las llamas del fuego, la vista de los cuadros que poblan la primera galería interactiva, la música de los cantos tradicionales de los ocho pueblos originarios que habitan el territorio sonorense y el tacto, como componente lúdico de la interactividad del Pabellón étnico. Asistimos pues, a un festival sensorial, que para esta edición, ha hecho un salto semántico, conceptual y de realidad: en contraposición con el Mercado de Artesanías, el Pabellón étnico, un espacio de lateralidad, de otredad, de diálogo y retroalimentación que escape de las dimensiones de la exotización y voraz capitalismo, en su lugar, tenemos un espacio en que prima la experiencia sensorial donde entran los miembros de los diferentes pueblos originarios.

Chokim ania. La Tribu Yaqui fundamenta su sentido del mundo a través de un concepto de territorio compuesto por: itom toosa «nuestro nido»; Itom ania «nuestro universo», e itom téeka «nuestro cielo». Estos conceptos no solo consideran un plano físico o terrenal, sino una rica multiplicidad de dimensiones espirituales y simbólicas muy poderosas como la yo’o ania «mundo antiguo»; juya ania «mundo del monte»; yo’o jo´aram «lugar de los encantos»; chokim ania «mundo de las estrellas»; tenku ania «mundo de los sueños»; el sewa ania «mundo flor», y el bawe/ ba’am/ baa’am que concentra la presencia ancestral del agua (río y mar) como espacio de poder. Al ocaso del día, en Álamos, alejada de la mancha lumínica inhertente a las grandes ciudades, las estrellas van apareciendo, furtivamente, en el manto estelar. Entonces, sí, estamos en el Chokim Ania.

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