Cuando llegue el invierno con sus ráfagas frías, su aroma de nostalgia, sus caminos inciertos, voy a estar esperando detrás de la montaña, a la orilla del río, para llenar mis manos, mis ojos y mi vida, con tu fe mañanera, tu canción de gorriones, tu luz de primavera. Cuando llegue el invierno con rumor de campanas, con lluvia taciturna –corazón de guitarra-, haré recuento exacto de mis viejas historias, mis poemas sencillos, mi magia solitaria, para que el viento, el frío, el cintilar de estrellas, las fogatas lejanas alumbren las veredas, las rutas de mi alma… Cuando llegue el invierno y el tiempo se diluya en el sol de mi vida, voy a estar esperando tus palabras de niña, tus preguntas eternas, tu amor sin condiciones, tu risa cantarina que serán mi equipaje, mi boleto de ida, satisfecho, sin duda, por la misión cumplida… Cuando llegue el invierno…
Bernardo Elenes Habas
Siempre hay incertidumbre
cuando inicia un nuevo año;
las tormentas pasadas
arrojan su inclemencia,
y aunque el recuento hable
también de cosas buenas,
se vuelve inevitable recordar
el dolor.
cuando llega la noche,
y al paso de las horas
se enciende entre la bruma
la fogata del sol,
porque la vida empieza,
renacen las quimeras
y se abren los caminos
que nadie, nadie sabe
cuál será su final…
Siempre hay incertidumbre
y los sueños son sueños
que deben construirse
volviendo a comenzar,
navegando distancias
con el mapa del cielo
abierto entre las manos
y buscando horizontes
más allá de la mar…
Siempre hay incertidumbre
cuando los años pesan,
cuando duele el sendero,
cuando cada tropiezo
impide caminar,
cuando se ve lejana
la estrella del Oriente,
la que señala el punto
donde nace el amor…
Siempre hay incertidumbre,
lo sé, lo siento ahora,
cuando el tiempo flagela,
es dura la jornada,
incierta la distancia,
quemante la sequía,
cuando el tiempo te indica
que pese a las tormentas
se vuelve necesario
volver a comenzar…
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