Todo juicio se sustenta en nuestras pasiones.
Salvador Elizondo
Hace 12 años, Clint Eastwood, nos regaló dos películas, a mi entender, verdaderas joyas de la cinematografía. En ellas, un mismo hecho es narrado desde el punto de vista de los dos protagonistas de un hecho histórico: La batalla de Iwo Jima, ocurrida en el océano Pacífico durante la II Guerra Mundial. El primer film, “Flags of Our Fathers” (titulada en México como La conquista del honor), lo hace desde la perspectiva de los norteamericanos. La segunda, “Letters from Iwo Jima” (Cartas desde Iwo Jima), enfocada desde el bando japonés. Esta última fue tratada mejor por la crítica y estuvo nominada a mejor película y mejor dirección en el año 2006. Si no las han visto, les sugiero encarecidamente lo hagan. Disfrutarán de dos ejemplos de buen cine, se divertirán e ilustrarán, y de paso, verán a través de ellas (one more time), la sabiduría de Ramón de Campoamor y Campoosorio y su proverbial metáfora que se aplica a pie juntillas en el caso que hoy nos ocupa y en muchísimos más de la vida cotidiana.
En aras de economía de espacio y en base a lo ocurrido hasta el momento de escribir estas líneas, a través de la consulta de los siguientes cinco vínculos quien no esté enterado del caso del traumatólogo pediatra Luis Alberto Pérez Méndez, podrá tener suficiente información para poderse formar una opinión al respecto.
http://despertardeoaxaca.com/se-haga-justicia-exige-familia-menor-fallecido-negligencia-medica/
http://tiempodigital.mx/2018/04/07/revira-fiscal-medico-incurrio-en-homicidio-doloso/
La tercera ley de Newton opera sin duda en el terreno de la física, pero curiosamente también lo hace en asuntos que competen a las ciencias sociales: A toda acción corresponde una reacción en igual magnitud y dirección pero en sentido contrario.
El triste caso del Dr. Pérez Mendez pone de manifiesto elementos endebles que a través del tiempo han sido insuficientemente tratados y los hechos que hoy estamos viendo son muestra de ello. Todos, profesionistas de la salud, instituciones asistenciales y académicas, colegios profesionales, secretarías de gobierno implicadas, legisladores, y la sociedad civil en su conjunto deben reflexionar y tomar acciones bien articuladas en el corto, mediano y largo plazo para evitar que esto se repita en lo futuro.
Los demonios andan sueltos y las acciones polarizadas. Es necesario que los ánimos se calmen, que impere el sentido común y que el problema se aborde con buen juicio. Todo indica que ello no ha sido así.
Abrir la caja de pandora perjudica a todos y no beneficia a nadie. El gremio médico ha empezado a cuestionar al Secretario de Salud y directores de las diversas instituciones públicas y privadas, así como a los Colegios profesionales y sindicatos de trabajadores de la salud con preguntas que ponen el dedo en la llaga: ¿Cuál será el nuevo protocolo de procedimientos quirúrgicos? ¿Se modificará la clasificación de las Unidades Médicas de las Instituciones de Salud Pública y Privada? ¿Toda cirugía se efectuará exclusivamente en Unidades Médicas de Alta Especialidad y/o con Unidad de Terapia Intensiva para evitar actuar con dolo por falta de previsión, arriesgando la integridad del paciente e incurrir en un delito de orden penal? ¿Habrá modificaciones a la Norma Oficial Mexicana para la práctica de las diversas especialidades médicas? ¿Se generalizará la práctica de la medicina a la defensiva lo que a su vez generará un incremento sustancial en su costo y en sus componentes burocráticos?
El caso del Dr. Pérez Mendez tiene muchas aristas imposibles de tratar aquí en su totalidad. El aspecto que sobresale resulta ser el jurídico. Ojalá que los expertos puedan con el paso de los días, aportar los elementos necesarios para que esto se resuelva de la mejor manera. Se le atribuye a uno de nuestros más ilustres próceres la siguiente sentencia: “A mis amigos, la justicia; a mis enemigos, todo el peso de la ley”. Pienso que las leyes son indispensables para poder vivir en sociedad. Eludirlas es introducirnos en la barbarie. Pero hasta donde sé, a mejores leyes, menor posibilidad de discrecionalidad en su aplicación. La administración de la justicia tiene como común denominador con el ejercicio de la medicina, la necesidad del buen juicio. Una tragedia de la práctica médica contemporánea es lo que se ha dado en llamar cook book medicine (medicina de receta de cocina). Cada quien podrá opinar si esto ocurre también en el ejercicio del derecho. El caso del Dr. Pérez Mendez puede servir para ayudarnos a saberlo. William Osler, un gran médico canadiense decía: “Practicar medicina sin libros, es como salir a la mar sin cartas de navegación. Pero practicarla solo en los libros, es no salir a la mar para nada”.
La medicina es una actividad cimentada en la ciencia de la incertidumbre y el arte de la probabilidad. Es con humanismo, ética y profesionalismo como ésta ciencia y éste arte posibilitan que cumpla con su función. Me parece que quien la juzgue no debe dejar de tener lo anterior en cuenta. Hacerlo así, posibilita que no prepondere una sobre la otra y que en el acto de juzgar, haya por igual justicia y legalidad.
Salud y paz
Plutarco
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