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Gilberto Armenta
Violencia política
Varias docenas de mujeres competirán en este proceso electoral por un puesto de elección popular. Desde la presidencia misma, pasando por la senaduría, diputaciones, alcaldías, sindicaturas y terminando con regidurías, todas las posiciones están representadas por ellas.
Luego del 01 de julio, vendrá otro proceso en el que se designaran posiciones alrededor de todos los puestos conquistados en las urnas. Las mujeres deberán ser tomadas en cuenta por igual en relación con los hombres.
Y después, toda un trienio o sexenio de trabajo intenso en los tres niveles de gobierno.
La violencia política es un tema que en esta ocasión se verá con lupa.
La gobernadora Claudia Pavlovich ha sido muy clara en ese sentido, y ante la Fiscalía Especializada en Atención de Delitos Electorales (Fepade), dejó su testimonio como botón de prueba.
Y es que ella, como aspirante a la candidatura por la gubernatura de Sonora, representando al PRI en el 2015, sufrió violencia política en diferentes aristas. Luego, ya como candidata fue la misma situación, y finalmente, ya como gobernadora en el pleno ejercicio de sus funciones, sigue siendo victima de ese bochornoso acto.
Referencias peyorativas a su físico, vestimenta y aspecto personal. También a su capacidad intelectual y de comunicación con los sonorenses. Evocaciones en relación con su asertividad en la toma de decisiones, e incluso a su responsabilidad como esposa y madre han estado en el calendario desde el pasado 2015 y hasta la fecha.
Sin embargo, su desempeño ha sido gratamente bien calificado por diferentes instancias evaluadoras que, ante encuestas, sondeos y valoración de datos, la ubican entre los mejores 5 gobernadores del país. Además, la evaluación ciudadana es palpable en cada evento en el que tiene acercamiento directo con los sonorenses. Y, por último, el reconocimiento de la misma oposición a su desempeño – que incluso con el silencio la califica bien – es la muestra clara de que la violencia política contra la mujer viene disminuyendo, pero aun falta mucho por avanzar.
Para la gobernadora Claudia Pavlovich es importante ser referente en ese sentido. No solo es la única gobernante mujer en todo México, sino que su presencia como tal es reconocida a nivel internacional. Y eso, su lucha diaria por hacerse respetar como mujer, esta permeando el proceso electoral que se vive en México, y particularmente el que se vive en Sonora.
Se dijo ya en una columna anterior, pero se debe repetir hasta el cansancio: en Sonora se vive un proceso electoral hasta el momento, limpio y transparente.
A partir del próximo 19 de mayo, fecha en la que arranca la campaña local, se vivirá un proceso electoral nuevo, pero que ya viene precedido por un importante ejercicio de respeto hacia todos los partidos, y que deberá reflejarse en respeto hacia las mujeres. En este sentido, la gobernadora de Sonora viene dictando la pauta.
Donde sucede lo mismo es en el ejercicio del estado de derecho, y la aplicación de la justicia y la ley.
Lea usted con atención: Durante un tiempo indeterminado, Adriana “N”, empleada como cajera en la Secretaria de Hacienda en el Centro de Gobierno, en Hermosillo, estuvo abusando de su puesto, y según la investigación de la Fiscalía Anticorrupción de Sonora (FAS), esta mujer tomó dinero de manera dolosa.
Ese dinero correspondía a los cobros que ella hacia por el pago de impuestos de los contribuyentes sonorenses.
El proceso de investigación, los montos en efectivo, la posible red de complicidades, el modus operandi, el tiempo real de la ejecución de este posible delito, y demás aspectos forman parte de una carpeta de investigación, de la que por obvias razones la FAS no puede hablar mucho.
De lo que si se puede hablar aquí es de lo siguiente:
Adriana “N” podría alcanzar de 2 a 10 años de prisión, además de la obligación de reparar el daño cometido en perjuicio de los sonorenses. Su condición de mujer aquí no importa, y ese delgado hilo entre lo que una mujer puede hacer y no, ha sido respetado por la investigación de la FAS.
Una cosa es violencia política contra la mujer, y una muy distinta intentar aprovecharse de la condición de genero para no ser investigada y procesada por algún posible delito.
Además, el gobierno estatal manda un mensaje muy claro: la corrupción, la falta de transparencia y el abuso como servidor público no caben en esta administración estatal.
De lo que suceda con Adriana “N” estarán los sonorenses pendientes, porque la acción judicial emprendida en su contra es el reflejo de un gobierno equitativo tanto en beneficio a los sonorenses, como en la impartición de la justicia.
Violencia política contra las mujeres no. Pero tampoco violencia en contra de los sonorenses con la comisión de delitos de cualquier tipo.
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