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En el vasto campo de la intriga hay que saber cultivarlo todo: hasta la vanidad de un necio. Pierre-Augustin de Beaumarchais

La declaración de Ricardo Mazón, respecto a quienes deberán ser los aspirantes a la candidatura a la gubernatura por Sonora en el 2021, ha sido interpretada tan de distintas maneras, que le quita el efecto institucional u oficialista que pudo haber tenido.

Sin duda, el empresario en mención es una voz de alta influencia en el PRI sonorense, y el apoyo que como militante le da a sus palabras va aderezado con el financiero que aporta en las campañas, pero en este sentido, es recomendable entender primero que, ante el nuevo contexto político en el estado, el PRI ocupa de algo mucho más que una militancia de cuello 18 como la de él, y que ante los nuevos esquemas de transparencia, los candidatos que se vayan a apoyar requieren no solo de dinero para ganar una elección.

Y de esta ultima frase es de donde se debe analizar esa temeraria declaración que intentó colocar a Ernesto Gándara Camou y a Ricardo Bours Castelo como los únicos aspirantes a esa candidatura a la gubernatura.

Los análisis políticos y mediáticos que le concedieron a ese comentario del empresario fueron variopintos, y circularon de lo permisible a lo francamente sin sentido. Por ejemplo, coincidieron algunos que ya era tiempo que el PRI se plantará frente a otros partidos que ya promueven abiertamente sus posibles candidaturas. Otros fueron más allá y aseguraron que las palabras de Ricardo Mazón son las de los círculos rojos más cerrados del PRI, que decidieron por él como vocero de acuerdos ya firmados. Unos, más atrevidos, dijeron que el hacha de la guerra se desenterró entre los grupos de poder al interior del partido tricolor. Otros, ya desenfocados y mirando muy por debajo del cerco, solo alcanzaron a decir que el orden en el que el empresario mencionó los nombres de los aspirantes es significativo; que acostumbra a hablar poco, pero que cuando el empresario habla es porque está dando instrucciones; y que aquel que no se forme detrás de Ernesto Gándara o de Ricardo Bours, se quedará sin dulces en la piñata.

Ni uno solo de los análisis hasta hoy vertidos al respecto, toma en cuenta ni le concede autoridad a la priista numero uno de Sonora, en la persona de Claudia Pavlovich Arellano, y de su equipo más cercano y leal de trabajo. Nadie le concede a ella injerencia en la decisión electoral rumbo al 2021, y partiendo de esto, las lecturas respecto a los temas anteriores, es total y absolutamente equivocada.

Y no es que la gobernadora de Sonora vaya a dictar los nombres de los candidatos, no es que la imposición vaya a ser la marca del PRI en el 2021, y no es que se esté planeando una elección de estado al interior del PRI en ese mismo y próximo año electoral, no. Pero tampoco se trata de suponer que, sintiéndose merecedores de las glorias políticas futuras, ahora salgan los grupos de poder priistas a dictar la agenda del partido, pasando por encima de la jerarquía partidista que una gubernatura otorga a quien la ejerce, cualquiera que sea el partido al que pertenezca. 

Los círculos en los que Ricardo Mazón se mueve son inexpugnables para la mayoría de los mortales sonorenses, pero aún asi, resulta difícil creer que, en los acuerdos o estrategias que ahí se hayan podido signar, se incluya a quienes han condicionado su lealtad al PRI a cambio de candidaturas, y su apoyo al mismo partido en elecciones pasadas a cambio de cartera para poner o quitar funcionarios, o dictar nombramientos a la distancia. Imposible entender que se concedan acepciones a quienes desdeñan la militancia a cambio de independencia si sus nombres no se inscriben en las boletas en las próximas elecciones en Sonora. 

Mencionar como posible candidato a quien acecha es francamente imperdonable.

La única variable que debe considerarse a la hora de nombrar posibles candidatos en el PRI, no solo para la gubernatura, sino para todo lo que estará en juego en el 2021, es la lealtad y el trabajo a favor de este partido en estos tres difíciles años del nuevo régimen político que está imponiendo Morena, no solo en Sonora, sino en el resto del país. Y “junto con pegado” va el apoyo irrestricto a Claudia Pavlovich Arellano como gobernadora que, remando contra corriente, sigue en la lucha por concederle a los sonorenses un mejor nivel de vida. Todo lo demás, es lo de menos.

Gracias por la lectura. Puede seguirme en @mensajero34 y en facebook.com/gilberto.armenta.16

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