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Rumbo a la fecha fatal para el registro de candidaturas a los ayuntamientos y diputaciones locales se registra una tensa calma en los partidos políticos -en unos más que en otros-, porque si en los últimos meses hemos visto chapulineos, distanciamientos, deslindes, migraciones y una que otra patada en las puertas, en tres semanas más esto podría intensificarse.

El periodo para dichos registros ante el IEE es del 4 al 8 de abril y ahí se sabrá de qué están hechos los partidos y sus principales cabilderos para apaciguar la tormenta que podría desatarse entre los que tendrían que resignarse a seguir calentando la fría banca y mantenerse con la mano levantada a ver si dentro de tres años sí les toca.

En el PRI y el PAN tienen una larga, muy larga experiencia en estos procesos y el 2017 lo vivieron muy intensamente, sobre todo el PAN que vio partir a una muy buena cantidad de militantes rumbo a Morena, la marca que definitivamente sigue estando de moda.

Con menor intensidad, durante este proceso electoral lo seguimos viendo y, aunque muchos blanquiazules no se sumaron abiertamente a Morena, sí tomaron distancia de su partido al no estar de acuerdo con la alianza firmada con el tricolor.

Hemos visto sus posicionamientos en redes sociales: Javier Neblina, Roberto Romero, Ernesto Portugal son algunos de los que han tomado distancia, si bien en el PAN hay quien agradece que así haya sido, pues la carga negativa que arrastran sobre todo los primeros dos no ayuda en nada.

El propio Cuauhtémoc Galindo es hoy candidato a la gubernatura por las Redes Sociales Progresistas, partido satélite de Morena.

Pero también hay personajes como los ex alcaldes sanluisinos Enrique Reyna y Leonardo Guillén, estos sí con reconocido trabajo y mejor imagen que aparentemente están decididos a ver los toros desde la barrera, con el agregado de que quizás no estaba en sus planes buscar una candidatura.

En el PRI también han sufrido bajas y si bien están lejos de significar un cisma o una diáspora, no dejan de ser una resta. O como dijera el clásico: “siempre será mejor tenerlos orinando de adentro para afuera de la casa, que de afuera para adentro”.

El ‘Bebo’ Zataráin se fue de candidato a la gubernatura por el PES, y Leonel Reyes Leyva y Abraham Montijo también se fueron de candidatos a diputados locales por ese partido, donde se están presentando movimientos extraños, ya que su ex dirigente estatal, Jesús Alfonso Montes Piña se inscribió como precandidato a la alcaldía de San Luis Río Colorado, pero por la Alianza Va por Sonora, registrado por el PAN. Qué enredo.

En la capital del estado las cosas transitaron por la vía del acuerdo y los aliancistas se repartieron equitativamente los seis distritos.

Ayer se registraron en el PRI Karina Zárate por el distrito IX, Ely Sallard por el VI y Manuel Puebla por el XI.

Donde sí hay competencia interna es en Cajeme, donde se registraron Luis Armando Alcalá y Kiki Díaz Brown por el distrito XVII, mientras que en el XVIII hay ¡cinco! tiradores: Gabriel Baldenebro, Silvia de Jesús Godoy, Andrés Rico, José Enrique Guerra y Ana María Castro.

En Nogales levantó la mano la cetemista Lupita Gracia (IV) y Nitzia Gradias por el VII de Cananea.

En el PAN aún no hay registros pero ha trascendido que los candidatos en los otros tres distritos serán Alejandra López Noriega, Luis Ernesto Nieves y José Serrato Castell, pero no han surgido más datos.

Donde también las cosas se están manejando con sumo hermetismo es por rumbos de Morena. Se sabe que en cada distrito y en cada ayuntamiento abundan los y las aspirantes, destacando Cajeme, donde han levantado la mano por la candidatura a la alcaldía una veintena de hombres y mujeres.

Las listas son muy nutridas pero no han trascendido muchos nombres. Se sabe que los únicos ‘amarrados’ son el ex dirigente estatal del partido, Jacobo Mendoza Ruiz y la coordinadora parlamentaria Ernestina Castro Valenzuela.

Muchos nombres se mantienen en reserva y otros que se han dado a conocer no son muy conocidos.

No es el caso de Patricia Medina, activista social de reconocida trayectoria en la defensa de las comunidades indígenas, en el apoyo a grupos vulnerables y en el trabajo por la inclusión y acciones a favor de la comunidad LGB+

Paty Medina sería una candidatura 100% ciudadana, aunque en los últimos años se acercó a Morena, y más concretamente al jefe nato de ese partido en Sonora, Alfonso Durazo Montaño.

Paty Medina no necesita presentación pues tiene muchos años trabajando a favor de causas nobles, sin andarse parando el cuello con esas acciones. Iba a decir que ella es hija del inolvidable músico Rodolfo ‘El Chino’ Medina, pero no faltará quien diga que eso sería colocar su condición de mujer bajo la sombra de un hombre, y no, no es el caso. Ella vale por sí misma.

En fin, todavía le falta un tramo a este proceso. Y muchas cosas qué ver.

II

Mientras tanto en Sonora las campañas entraron en el terreno del humor involuntario.

Con toda su experiencia y bagaje cultural y político, con todos sus asesores, Alfonso Durazo mordió inocentemente el anzuelo que le lanzaron desde la Alianza Va por Sonora mediante una campaña en la que pusieron en tela de duda su arraigo a la tierra que lo vio nacer.

El de Bavispe ha tenido que salir durante los últimos días a tratar de convencer a los electores de que sí es de Sonora y ha dedicado tiempo, dinero y esfuerzos en esa tarea. Ha puesto a trabajar a su equipo en la elaboración de videos, gráficos y mensajes en ese sentido; ha llevado el tema al templete de sus eventos y con ello sólo ha contribuido a posicionar más el mensaje de sus competidores.

Por si fuera poco, cometió una pifia recientemente al mencionar su propuesta para detonar el turismo, mencionando ‘el cerro del Pinacate’ y el Valle de Guadalupe. Dicho cerro no existe en Sonora y el valle aludido está en Baja California.

Quiero pensar que a Durazo, que en ese evento mostró dificultades para leer el teleprompter le falló la vista y quiso aludir a la sierra del Pinacate y a algún otro valle de la región noroeste del estado. No quisiera pensar que le redactaron mal el discurso porque si fue así, ya debe haber algunas bajas en su equipo, por despido fulminante.

Dejo por aquí lo que el especialista en comunicación política y gobernanza estratégica, José Manuel Urquijo colgó en su cuenta de Twitter: “El objetivo de una campaña de contraste es hacer que el adversario se desestabilice, que se ponga a explicar, defenderse o contra argumentar. Cuídate de no caer en la trampa de su frame”.

Eso le está sucediendo a Durazo y el control de daños no ha sido bueno.

III

Ya para cerrar este despacho, llega información sobre la advertencia de Porfirio Muñoz Ledo en el sentido de que ha puesto por delante su renuncia a Morena, si no se democratiza la selección de candidatos a los distintos cargos de elección en el país.

El veterano político y una de las mentes más lúcidas de la izquierda en estos días apela a su “amigo de tanto tiempo, un gran demócrata del país que se llama Andrés Manuel López Obrador” para evitar que Gabriel García Hernández deje de ser el gran elector, desplazando incluso al dirigente nacional Mario Delgado, “a quien ya nadie hace caso”, sostuvo en un encuentro virtual con legisladores y dirigentes partidistas.

Acusa que Gabriel Hernández se presenta como el enviado de López Obrador para dar órdenes y operar elecciones en los estados.

Gabriel García no tiene cargo en el partido, pero es un reconocidísimo operador electoral (como suele llamarse ahora a los mapaches) de los programas sociales y recolector de fondos para campañas desde 2005.

Actualmente está a cargo de la Coordinación General de Programas para el Desarrollo y de él dependen los 32 súper delegados y todos los delegados regionales así como los llamados ‘servidores de la nación’, esos que últimamente han aparecido en muchos videos coaccionando el voto a favor de Morena, condicionando los apoyos sociales y hasta las vacunas.

Quizás este posicionamiento de Porfirio Muñoz Ledo tenga que ver con información hecha llegar a este espacio, en el sentido de que no son pocas las tribus morenistas que están por desenterrar el hacha de guerra, exigiendo sus cuotas en la designación de candidatos y candidatas.

Si esto resulta cierto, vienen vientos de fronda.

(La expresión “soplan vientos de fronda”, se refiere al período de levantamientos que se dieron en Francia a partir de 1648 por las disputas entre la burguesía y aristocracia francesa contra Ana, la reina regente, y el cardenal Mazarino quienes gobernaban en aquel entonces; en otras palabras el trasfondo fue una disputa de élites. Pero esa expresión también se utiliza para referirse a un estado de rebeldía y agitación generalizada).

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