Lo de Nuevo León parece una nueva fuga hacia adelante por parte del presidente. Tal como están las cosas en este momento, la candidata de Morena a la gubernatura en aquel estado, Clara Luz Flores no tiene ninguna posibilidad de hacerse con el triunfo.
La ex priista se fue a pique después de ser pillada en una mentira, al negar su relación con Keith Raniere, el líder de la secta sexual Nexium y aparecer después en una amena conversación con él. Ni siquiera el perdón solicitado por la candidata pudo sacarla del sótano.
Quien filtró el video fue Adrián de la Garza, el candidato de la Alianza Va por México, y a quien el presidente le ha dedicado espacio en tres de sus conferencias mañaneras consecutivas, acusándolo de delitos electorales (entrega de las llamadas ‘tarjetas rosa’, con las que promete votos a cambio de beneficios económicos si gana la gubernatura).
Ayer, la FGR anunció que abrió una investigación contra Adrián de la Garza y también contra el candidato de Movimiento Ciudadano, Samuel García, quien encabeza las encuestas en aquel estado.
Judicializar el proceso a tres semanas de la elección parece una jugada arriesgada para descarrilar a los punteros y abrirle espacio a su candidata, porque en un estado donde Morena no ha levantado en las preferencias electorales, lo que podría suceder es la victimización de los indiciados, provocando un efecto contrario.
Si lo comparásemos con un partido de futbol, digamos que el director técnico decide adelantar todas sus líneas a cinco minutos del silbatazo final, cuando va perdiendo y busca si no la remontada, por lo menos un empate que lo mande a tiempos extra. Le da lo mismo perder por uno que por dos, así que manda al ataque hasta al portero.
Pero las elecciones no son un partido de futbol. Judicializarlas desde ahora obliga a mover toda la maquinaria institucional involucrando a las autoridades electorales (INE y Trife), Congreso, Suprema Corte, Fiscalías y demás, en un proceso que puede llevar más de tres semanas.
Queda además, la percepción de que el presidente está mostrando el filo más autoritario de su carácter, y lo que busca no es justicia, sino venganza por lo sucedido en Michoacán y Guerrero, donde le ‘tumbaron’ a sus dos candidatos a las gubernaturas.
Nuevo León es hoy el campo de batalla entre el presidente y los poderosos capitanes de empresa con sede en aquel estado, que han sido siempre los más reacios a plegarse a los dictados del tabasqueño.
Es claro que Adrián de la Garza es un tema ya personal en la agenda del presidente, pero involucrar a Samuel García introduce una variable interesante justo cuando hay un gran debate nacional a propósito del presunto pacto entre el jefe del Ejecutivo y el dirigente de facto de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado para terciar votaciones en detrimento de candidatos de la Alianza PRI-PAN-PRD.
En Sonora esa es una versión que cobró fuerza en las últimas semanas. Si ‘truenan’ a Samuel García en Nuevo León ¿cuál será la directriz de MC en otros estados, pero especialmente en Sonora?
¿Sacrificarán un estado por otro al mejor estilo de las concertacesiones salinistas? ¿Todo es un juego de espejos, simulaciones y pleitos arreglados?
En esa lógica, ¿qué estado le interesa más al presidente, Nuevo León o Sonora?
Desde luego, cualquiera diría que los dos, pero si ‘revienta’ a Samuel García en Nuevo León, ¿la dirigencia nacional de MC insistirá en promover el ‘voto útil’ a favor de Ricardo Bours en Sonora, cuando sabe que sus posibilidades de ganar son remotas y con ello facilita las cosas para que gane Morena?
A menos, claro, que a quien trate de ‘reventar’ es a Adrián de la Garza, y a Samuel García solo lo victimice un poco para consolidar su condición de puntero. Total, Clara Luz Flores, su candidata, no gana ni yendo a bailar a Macuspana.
Esto, señoras y señores, es un reverendo despapaye cuyo desenlace veremos en los próximos días, pero sin duda le vino a poner más candela al actual proceso electoral.
II
Ayer se registró el segundo día con cero fallecimientos por Covid 19 en Sonora. Solamente dos días en más de un año de pérdidas humanas que suman 6 mil 228, pérdidas en la salud de docenas de miles y pérdidas económicas incalculables por la paralización de actividades y gastos médicos imprevistos.
Un segundo día con cero fallecimientos no es, en ese contexto, para echar las campanas al vuelo, mucho menos para considerar que estamos del otro lado y la pandemia es solo un triste recuerdo.
Al contrario, estamos obligados a hacer el último esfuerzo para que los días con cero muertos sean la normalidad y no la excepción; Sonora ya está en semáforo verde, pero ayer se registraron 37 nuevos casos, lo que significa que el virus sigue al acecho.
Con las 71 mil 800 vacunas más que llegaron el domingo pasado para aplicarse al personal del sector salud y el educativo, estamos a un paso de regresar a clases presenciales de forma escalonada y de recuperar una normalidad que, sin embargo, nunca volverá a ser la de antes.
Las precauciones y los protocolos sanitarios para evitar los contagios llegaron para quedarse y hay que ser especialmente cuidadosos en esta etapa, mientras continúa el proceso de vacunación que, lento pero seguro, va avanzando. No hay que bajar la guardia.
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