Pues bajó la línea presidencial y llueva, truene o relampagueé comenzarán las clases presenciales en Sonora el próximo 30 de agosto; eso sí, la asistencia de niños y jóvenes será voluntaria, de manera que resultará interesante ver cómo se combinan las clases presenciales con las virtuales y cómo lo asumen cada uno de los sectores involucrados.
Uno de los criterios que se tomaron en cuenta para tomar esta determinación es que Sonora, con casi dos millones de dosis aplicadas, es uno de los estados con mayor avance en este renglón, sin embargo la medida no deja de ser polémica.
De acuerdo con la información divulgada, se entiende que el personal docente, administrativo y manual sí están obligados a asistir a los planteles que en las últimas semanas han sido supervisados para corroborar si se encuentran en condiciones de operar nuevamente, después de más de un año inactivos, lapso en el que no pocos se han deteriorado por la falta de mantenimiento, cuando no por el vandalismo, el único sector que no descansó un solo día durante la pandemia.
Vienen días de un intenso debate sobre el regreso a clases presenciales, porque a pesar de la tercera ola del coronavirus, ya hubo manifestaciones públicas de docentes y padres y madres de familia que, esgrimiendo razones pedagógicas y hasta de salud mental en los hogares, han urgido por el regreso a las aulas, pero existe otro segmento que tajantemente se ha negado a enviar a sus hijos a la escuela.
El que las clases presenciales sean opcionales puede zanjar esta disyuntiva y entonces todo tendrá que ver con la infraestructura de los planteles, la logística, distribución de grupos y de espacios así como un extremo cuidado en el cumplimiento de los protocolos sanitarios que, después de un año se supone que todos deberíamos conocerlos y respetarlos estrictamente, aunque la realidad nos golpea la cara cada vez que salimos a realizar actividades esenciales y no tanto.
La sana distancia es un mal chiste, los cubrebocas se usan de aretes o cubre-papadas y en general se han relajado otras medidas, lo cual nos ha arrojado de nuevo cifras de hasta 500 contagios diarios. Y si ese relajamiento sucede en la población adulta con más frecuencia de la deseada, ya se imaginarán las dificultades que representa controlar las pequeñas hordas de infantes en los planteles.
Hay, como decíamos al principio, posiciones encontradas al respecto, pero la decisión está tomada y a partir del 30 de agosto las escuelas volverán a acoger a cientos de niños y jóvenes en un contexto complicado por los retos que plantea la tercera ola de la pandemia.
El tema tiene muchas aristas y conviene tener toda la información disponible para afrontar los días que vienen.
Este viernes al filo de la una de la tarde, tendremos como invitados a la mesa de análisis del informativo Sonora en red, a dos personalidades que sostienen argumentos a favor y en contra del regreso a clases presenciales, respectivamente.
Una de ellas es Inán Lagarda, cabeza del movimiento llamado #AbreMiEscuela; el otro Cecilio Luna Salazar, presidente de la Asociación Estatal de Padres de Familia, que tiene un diagnóstico según el cual no existen las condiciones para garantizar un regreso a clases presenciales exento de riesgo para alumnos, maestros y en general para las familias.
Les recomendamos sintonizar la Red 93.3 en su Frecuencia Modulada, o bien a través de sus plataformas digitales, para dar seguimiento a cada uno de los argumentos que ambos personajes esgrimen sobre este tema.
Por lo pronto el tema ya está incluido en la agenda de una mesa especial del equipo de entrega-recepción entre los gobiernos entrante y saliente, pues recordemos que el relevo de Claudia Pavlovich será el 13 de septiembre, dos semanas después del regreso a clases, y de allí en adelante le tocará a Alfonso Durazo gestionar todo cuanto tenga que ver con este delicado asunto.
Mientras tanto el proceso de vacunación avanza y ayer llegó un nuevo cargamento con 280 mil dosis de Pfizer para aplicarse en jóvenes de 18 años y más en Hermosillo, y para segunda dosis en municipios fronterizos, con lo que se estaría superando la cifra de un millón 800 mil dosis aplicadas.
Este dato es muy importante, porque la secretaría de Salud estima que para la semana entrante se estaría rebasando la cifra de dos millones, lo cual nos coloca como uno de los estados con mayores avances. Al comenzar la vacunación en la población más joven, en los próximos días se estaría alcanzando al 65 por ciento de la población objetivo, lo cual es una buena señal.
La secretaría de Salud también ha tomado medidas más fuertes para contener la tercera ola, y ayer fueron los propios dueños de establecimientos como casinos, restaurantes, industrias y centros de entretenimiento, quienes solicitaron al Consejo Estatal de Salud, pedir comprobantes de vacunación o pruebas negativas al virus con vigencia no mayor a 72 horas, como requisito para ingresar a dichos establecimientos.
El hecho cierto es que el virus sigue entre nosotros y no está cerca la hora en que la protección que brindan la vacuna y los protocolos sanitarios cubran a todos por completo; sin embargo la vida no puede detenerse y las actividades productivas, académicas y sociales deben seguir.
Esa es una disyuntiva que apareció desde el inicio de la pandemia y que hoy sigue planteando retos enormes. El regreso a clases presenciales, por ejemplo.
II
Parece chiste, pero es anécdota. En medio de la peor crisis institucional del TEPJF y justo el día de la gustada sección ‘Quién es quién en las mentiras’, el presidente de la República que se supone el hombre más informado del país, se pronunció por la renuncia de todos los magistrados del organismo electoral y para ello se apoyó en un tuit atribuido a Reyes Rodríguez Mondragón, que éste niega haber escrito y se considera una fake new.
Rodríguez fue electo presidente del TEPJF en una votación que el anterior presidente, José Luis Vargas calificó como ‘golpe de Estado’ por parte de cinco de los siete magistrados.
El tuit, exhibido por el propio presidente en la mañanera reza: “Ojalá ya se muera ese viejo culero de palacio nacional” y supuestamente vino de la cuenta de Rodríguez Mondragón, aunque éste lo negó y en su momento denunció el hecho ante la FGR.
Pero más allá de lo anecdótico, la crisis en el Trife obligó a una reunión urgente de López Obrador con el ministro presidente de la SCJN (de la cual depende el TEPJF), Arturo Saldívar, y de éste con los magistrados del máximo tribunal electoral.
Para nadie es un secreto que tanto el TEPJF como el INE son organismos sobre los que el presidente desearía tener un control absoluto y que aprovechará esta coyuntura para operar en ese sentido.
Pero apoyarse en una fake new justo el día dedicado a satanizar las fake news le restó seriedad al asunto. Peor aún, el episodio fue un venero de memes y el chascarrillo del día.
Si el presidente sabía que el tuit era apócrifo y aun así lo utilizó para reforzar sus argumentos, malo. Si no sabía y algún colaborador acomedido lo hizo difundirlo en cadena nacional para que la ciudad y el mundo se enteraran de que le dijeron ‘viejo culero’ (aunque jamás haya sido mencionado su nombre), pues más malo.
La crisis institucional por la que atraviesa el TEPJF no merece ese abordaje.
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