Padrés viene por el PAN; Gildardo, su candidato

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El 28 de septiembre, Guillermo Padrés Elías apareció en Huatabampo presidiendo un encuentro con militantes del PAN en aquella localidad. Dos días después, Ernesto Munro Palacio, anunció el lanzamiento de la convocatoria para renovar la dirigencia estatal a su cargo.

Los primeros que, como el Moro de Cumpas salieron adelante con la intención de ganar fueron Humberto Souza y René Sotelo. Ambos comenzaron su labor de proselitismo entre liderazgos y militantes blanquiazules. Gildardo Real por su parte mantuvo un perfil más discreto mediáticamente, pero nunca dejó de tejer acuerdos con las cabezas de su partido.

En entrevistas por separado hace ya varias semanas, Humberto Souza me aseguró que él no era el candidato de Guillermo Padrés, aunque no le incomodaría y hasta le resultaría favorable que operara a su favor; René Sotelo por su parte subrayó que en su proyecto busca integrar a liderazgos y corrientes que no están de acuerdo con la continuidad de quienes tienen ya varios años al frente del partido. Ninguno se deslindó del ex gobernador.

A un mes de distancia, diversas fuentes en el PAN me confirman que Padrés ya se decantó a favor de Gildardo Real y los primeros daños colaterales fueron en las candidaturas de Sotelo y Souza, pues aunque desde fuera del partido la sociedad tiene muy claro lo que representa el padrecismo y su guía político (iba a escribir moral, pero sería un eufemismo sádico), al interior del blanquiazul sigue siendo su figura señera. Eso ilustra de algún modo el poco éxito del PAN en la construcción de nuevos liderazgos.

El 29 de septiembre escribimos: “No deja de sonar paradójico que siendo el sexenio de Guillermo Padrés el periodo en el que el PAN perdió no solo su reputación como estandarte de la honestidad que siempre izaba como oposición al PRI, sino buena parte de su militancia y no pocos cuadros relevantes, hoy muchos panistas estén volteando la mirada hacia el ex gobernador como el clavo ardiendo del que se pueden agarrar para detener su caída y levantar el vuelo.

“O quizás ese clavo no esté tan caliente y antes bien sea un punto de apoyo interesante para reagrupar a lo que queda del partido en torno a una figura que, pese a su descrédito ha tenido el poder y la habilidad para mantener un liderazgo entre sus fieles, pero también para pactar con el nuevo gobierno (estatal) de Morena, para el cual trabajan abierta o subrepticiamente varios de ellos”.

La elección interna del PAN será el próximo 5 de diciembre y hasta ahora los únicos que han confirmado su registro para el sábado 30 de octubre, lo cual significa que ya articularon sus respectivas planillas, incluyendo a la secretaria General (que debe ser mujer por criterios de género) son Gildardo Real y Humberto Souza.

De acuerdo con mis fuentes, Gildardo es el candidato del grupo compacto del ex gobernador donde destacan algunos nombres muy conocidos como los hermanos Serrato, Javier Neblina, Roberto Romero, César Bleizzefer, Chito Díaz, Ramón Díaz Nieblas, David Galván, el propio Ernesto Munro y otros de sus ex funcionarios.

No parece ser el mejor momento para la reaparición del ex gobernador. De hecho, a los días de haberse hecho pública la reunión en Huatabampo, la FGR dictó auto de formal prisión contra tres de sus funcionarios de Hacienda: Mario Cuen Aranda, Carlos Villalobos y Luis Sotelo.

Y apenas ayer, el presidente de la República recordó la saga de corruptelas que marcaron el sexenio padrecista.

¿Cuál es entonces la apuesta del PAN? ¿Reconstruirse a partir del liderazgo de una figura como Guillermo Padrés?

Parece una apuesta arriesgada después de que fue precisamente en el sexenio que encabezó cuando comenzó la debacle de Acción Nacional en Sonora, algo que el propio Gildardo Real reconoció a principios de este año cuando justificó la alianza con el PRI y el PRD bajo el argumento de que si no lo hacían, su partido estaría en riesgo de perder el registro.

Y conste que la lucha del PAN en Sonora fue larga y complicada; una verdadera batalla muchas veces cruenta contra el sistema representado por el PRI-gobierno (como solían llamarle). Su crecimiento fue lento pero sistemático: a partir de 1991 cuando Manlio Fabio Beltrones barrió en las urnas a Moisés Canale, la ventaja del tricolor se fue achicando elección tras elección.

Todavía en 2003, Eduardo Bours apenas pudo ganarle a Ramón Corral la gubernatura con menos de un punto porcentual. Ya para 2009 Guillermo Padrés barrió con Alfonso Elías, en parte por lo que dijo AMLO sobre la manipulación del caso ABC, pero también por la erosión de la hegemonía priista, el cisma que provocó la decisión de Bours al ‘sentar’ a Ernesto Gándara y entre otras cosas, la ausencia de una tercera opción seria y consolidada.

En el sexenio de Padrés el crecimiento del PAN fue explosivo, pero también lo fue su derrumbe al término del mismo. Hoy su padrón apenas rebasa los ocho mil afiliados.

La alianza con el PRI y el PRD finalmente les permitió no solo conservar su registro, sino conquistar posiciones importantes, la más valiosa, la capital del estado.

En ese contexto el PAN llega a su proceso de renovación de mandos estatales y tiene frente a sí la disyuntiva de la continuidad o el cambio. Serán finalmente sus militantes los que definan el rumbo. 

Cebolla finamente picada

Nada tranquila debe andar la ex alcaldesa de Guaymas, Sara Valle Dessens. Primero, la nueva munícipe Karla Córdova afirmó que está obligada moral y legalmente a darle cauce y seguimiento a las denuncias sobre su polémica (eufemismo suavizante) administración, y ahora el diputado local porteño, Sebastián Orduño adelantó que en el Congreso del Estado están esperando con ansias el documento de entrega-recepción para revisarlo exhaustivamente.

Y es que ayer, el cabildo guaymense aprobó sin discusión y por unanimidad tal documento, sin detenerse a analizar los temas de fondo que marcaron la administración sarista: nepotismo, mala calidad de la obra pública, desaseo financiero, playa incluyente, entre otros.

Bajo la consigna de ‘ni perdón ni olvido para los corruptos’, el diputado hizo un llamado a los nuevos regidores a seguir la línea de la alcaldesa Karla Córdova y el gobernador Alfonso Durazo de no solapar actos de corrupción.

El tema tiene cierto aire de ‘violencia intrafamiliar política’ pues el legislador proviene del PT, el mismo partido que postuló a Sara Valle en la alianza que encabezó Morena y que a lo largo de su trienio estuvo permanentemente en conflicto con otros de sus personeros, señaladamente el ex diputado Rodolfo Lizárraga y hasta con el dirigente estatal Ramón Flores.

Al parecer a Sara Valle se las tienen guardadas en el partido, pero todavía falta ver el rumbo que tomen las cosas en el Congreso.

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