Cierto es que con Andrés Manuel López Obrador no tienen el mejor ejemplo sobre el valor de saber callar a tiempo, pero entre instancias de autoridad emanadas de MORENA deberían de hacer ejercicios de reflexión antes de abrir la boca.
Para que entiendan mejor, en una asesoría que no causa honorarios, reflexionar implica pensar y considerar un asunto con atención y detenimiento para estudiarlo, comprenderlo bien, formarse una opinión sobre ello, para tomar una decisión y hablar sobre cualquier tema.
Los dichos de la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero son un ejemplo de lo que ocurre cuando la lengua no tiene buena conexión con el cerebro y por ello la necesidad de emprender una campaña de aclaraciones para explicar lo que quiso decir y enmendar sus gazapos declarativos luego de la jornada de violencia de hace días en ese municipio fronterizo.
Al menos se mantuvieron calladas autoridades de los otros municipios en donde también la delincuencia muy bien organizada hizo de las suyas y no confesaron que los bloqueos con unidades automotrices incendiadas y ataques a la población civil, son cobranzas de piso ni recomendaron que solo les cobren a quienes les deben y no agarren parejo.
Y en las explicaciones, al menos exhibió conocimiento de detalles sobre la disputa de la plaza entre dos o tres bandas criminales y en dicho contexto no deja lugar a duda el sentido de sus declaraciones iniciales: “Les pedimos que cobren las facturas a quienes no les pagaron lo que les deben, no a las familias, no a los ciudadanos que trabajan, porque también nosotros estamos vigilantes de ello”.
Pues la señora se metió en un berenjenal del cual aún no acaba de salir, mientras en el municipio que encabeza se mantiene una calma chicha en el marco de un toque de queda de facto, aunque según parentela que tenemos por allá, poco a poco se comienza a reactivar el comercio y el tránsito vehicular, sin descartarse un nuevo operativo narcoterrorista.
Otro que debería callar de forma oportuna es el alcalde de Cajeme, Javier Lamarque Cano, quien en conferencia de prensa manifestó su preocupación por los municipios que dicen están tranquilos, “pero resulta que está más tranquilo porque todo está en manos de la delincuencia”, dijo, que si se complementa con similar hipótesis del mismo presidente López Obrador, quiere decir que hay un grupo criminal dominante que se impuso sobre otros.
La verdad es que tiene lógica la elucubración de Lamarque Cano, pero una cosa es que tenga lógica y otra cosa que raspe muebles de otros de sus colegas presidentes de municipios como Navojoa, Agua Prieta y Nogales, para citar solo a tres, en donde extrañamente o no tan extrañamente son muy aislados los homicidios dolosos a pesar de sus condiciones estratégicas.
La hipótesis del munícipe cajemense podría ser interpretada como que en municipios y regiones de Sonora y del país donde hay calma y tranquilidad están en manos de la delincuencia y las autoridades correspondientes son parte de esa situación, o sea, preferible que haya homicidios y violencia como prueba de que no hay colusión entre instancias de gobierno y grupos del crimen organizado.
A ver si no le reclaman “El Mayito” Martínez, Jesús Alfonso Montaño y Juan Francisco Gim Nogales, quienes en todo caso podrían alegar que la paz entre grupos es producto de acuerdos del pasado y que ahora solo son sus administradores, mientras que quienes tenemos querencias en la sierra alta de Sonora, podríamos agradecer infinitamente que las diferencias entre grupos ya no se zanjen en esas remotas locaciones y que luego de tiempos muy difíciles ahora se maten entre sí en Guaymas, Empalme, Ciudad Obregón, Caborca y San Luis Río Colorado, entre otras manchas urbanas costeras.
Desde hace varios meses, así ha estado la cosa en la sierra de Sonora, particularmente en la otrora peligrosa región de Yécora y puntos circunvecinos, rompiendo dicha tendencia la masacre del fin de semana en la región de Tesopaco, aunque si nos sirve de consuelo, dicha locación no está tan arriba.
En fin, Lamarque Cano debería catotear mejor sus ideotas para evitar regar el tepache, ya que su hipótesis es que es cuestión de la voluntad de grupos criminales la que determina y decide la paz en las comunidades, en función del resultado de las disputas por las plazas y no por nada acotó que “tenemos que garantizar la seguridad, pero sin cederle el gobierno a nadie”.
Sin salirnos de imprudencias que implican confesión de parte y relevo de pruebas, está el caso del presidente municipal de San Luis Río Colorado, Santos González Yescas, quien de forma abierta reconoció saber de los hechos y la identidad de los perpetradores de las agresiones de tipo sexual y violencia machista en contra de la regidora Rebeca Ching Hurtado, a quien este espacio reconoce su fortaleza y dignidad de mujer por los cuatro costados, para mantener en alto su denuncia a pesar de la misoginia institucional que permea en la cúpula morenista cuando se trata de agresiones de los militantes en contra de las militantes.
Miren, se hizo del dominio público una grabación donde González Yescas reconoce que su hijo Alejandro incurrió en violencia sexual en contra de la regidora del citado Ayuntamiento, con la participación de otros funcionarios de su administración y a pesar de ese reconocimiento, califica como “grilla vulgar y corriente” de parte de esta porque hizo la denuncia pública a fines de junio pasado.
Rayando en la estupidez y cómplice de la marranada, el munícipe dijo de manera textual que la regidora hizo “de algo chico algo muy grande, yo repruebo mucho lo que hizo Alejandro y los demás funcionarios, lo que haya pasado”, mientras que la aún integrante de la comuna sanluisina ha comentado que lo ocurrido en un camión de pasajeros el pasado dos de abril cuando regresaba a SLRC luego de evento de MORENA y que el Ministerio Público tipificó como abuso sexual “no puedo explicar lo que viví y la verdad aún no estoy lista”.
Pero eso no fue todo, porque luego de hacer públicas las agresiones, la edil sanluisina fue objeto de feroz campaña de calumnias y difamaciones a través de redes sociales, disponiendo de testigos documentales de las identidades de los perpetradores, incluido el troglodita hijo de González Yescas, a quien se le ubica como el brazo armado del alcalde y operador de todos los giros negros que se operan en esa comunidad fronteriza.
Y lo peor del caso es la actitud omisa tanto de las instancias partidistas como del gobierno municipal y estatal –de MORENA—en un tema en el que no hace ni tanto tiempo eran muy quisquillosos, pero que al parecer el ejercicio de gobierno les ha desarraigado su feminismo a veces extremista y han dejado a Rebeca, a excepción de la solidaridad pública de hace un par de semanas de la titular de la SEDESSON, Wendy Briceño Zuloaga, causando suma extrañeza la ausencia de posicionamientos de colectivos feministas.
Bueno, de último momento se ha manifestado la diputada Celeste Taddei, quien a través de tuiter, estableció que “que uno de los compromisos de nuestro movimiento debe ser el combatir la violencia machista, por lo que @RebekaCh –Rebeca Ching Hurtado–no está sola. Estaremos pendientes y observantes del proceso entorno a su denuncia. Todo mi apoyo y solidaridad con ella”.
Y eso es todo, en un contexto donde la nomenclatura de MORENA pareciera mandar el mensaje de que las agresiones sexuales entre sus militantes deben solaparse para no dañar la imagen de ese partido y que en todo caso, la ropa sucia se lava en casa y lo cierto es que luce muy incierta la posibilidad de que la regidora agraviada sea reivindicada y sus agresores sean sancionados de acuerdo a los términos del Código Penal, solo porque el principal pervertido es hijo de papi.
Por otra parte, este jueves hay importante mesa de trabajo en Guaymas donde el gobernador Alfonso Durazo y el Almirante José Rafael Ojeda Durán, Secretaría de Marina, formularán el planteamiento concreto que se hará al presidente en su visita del viernes, respecto al plan de modernización de la zona portuaria y que de acuerdo a lo informado por el mandatario estatal ya hay adjudicaciones de licitaciones de obras.
Ojeda Duran es un viejo conocido de los sonorenses y particularmente de los guaymenses luego de haber estado al frente de la VI Zona Naval durante buena parte de la administración de Claudia Pavlovich, quien cultivara una cercana amistad con la esposa del ahora Secretario de Marina, Sandra Luz Laguna Rivera.
