No está predicando en el desierto Rogelio Díaz Brown.-

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No está predicando en el desierto Rogelio Díaz Brown.- Priístas e integrantes de la sociedad civil, me manifiestan que sí vendrán nuevos tiempos para Sonora, “pero esos tiempos tendrán que ser construidos por la ciudadanía misma, con sus votos”, dicen.

Bernardo Elenes Habas

Rogelio Díaz Brown, le apuesta al presente y al futuro político de Sonora, al asumir la dirigencia estatal del PRI.

No tiene dudas. Se abre en sus manos la historia de su partido. Conoce los grandes logros y la construcción portentosa de instituciones propiciadas por su instituto político. Y, por supuesto, reconoce y abomina de los vicios y corrupciones que propiciaron malos políticos dañando los cimientos de la democracia y la justicia social. Nada le es ajeno, a pesar de su juventud.

Por eso, para el sentimiento y la visión de ciudadanos libres, con partido y sin él, el posicionamiento de Rogelio emitido el sábado 17 de diciembre al rendir protesta ante el Comité Ejecutivo Nacional tricolor, tiene el mérito y el compromiso de quien recoge las banderas en pleno combate y se dispone a tomar la vanguardia, a colocar a su militancia haciendo alianza con la ciudadanía libre, pensante y sin el lastre de los fanatismos, en el plano dimensional de la lucha ideológica-electoral en el 2023 y 2024. Hizo un pacto de fe y de honor en ese sentido, al pronunciar un macizo discurso que se convierte en su carta de navegación en el mar proceloso y hoy más que nunca fracturado y saturado de odios y divisiones de la política.

Lo expresó con claridad. Le entra a la lucha sin pedir ni dar tregua, siempre cobijado por las siglas de su instituto y la lealtad de sus bases más definitivas y comprometidas: “Aquí se encuentran reunidos, los sectores y organizaciones históricas del Partido Revolucionario Institucional; los cuadros distinguidos que nos acompañan; la militancia activa y siempre firme que sigue construyendo a nuestro Partido. ¡Esa militancia que no se raja!, esa militancia que es incondicional a los ideales y principios que sostienen a nuestro Partido. Pese a quien le pese, esta es la militancia con convicciones y con lealtades bien arraigadas. Dijo.

Fustigó el oportunismo y la traición de quienes abandonaron el barco creyendo que se hundía: “Cualquier institución –señaló- que hace política en una democracia, participa de estos principios y objetivos: Las bases, la dirigencia y la capacidad de organización. Hoy llegamos a este planteamiento en función de lo que somos actualmente como fuerza política, pero también rescatando lo que hemos sido para el País y Sonora: una corriente ideológica que nace de un gran movimiento social y que por casi un siglo le ha dado rumbo y certeza a nuestra Nación. Es aquí donde las bases le han dado sentido y razón a nuestra institución. El segundo elemento: la dirigencia. Siempre tomará en cuenta las distintas opiniones y la diversidad de criterios. Cumpliremos cabalmente con el tercero que será el motor para reagruparnos y establecer nuevos derroteros, que se traducirán en la gran capacidad de organización que desplegaremos.

No habrá ciudad, pueblo, ranchería o colonia que no tenga presencia nuestra, somos un partido popular y honraremos nuestro origen. Sería imperdonable no señalar que el Partido recientemente ha sido rehén de intereses personales o de grupo, que ha sido usado para aspiraciones personales trastocando algo vital: los principios priistas. Donde el valor supremo es la lealtad. Sí, la lealtad no es sustituible en política. Fue decisión de las Diputadas y el Diputado abandonar al Partido que les entregó todo, los formó y los privilegió con posiciones, personajes que sin ningún decoro y vergüenza se fueron por la puerta de atrás, asegurando que ya no compartían los valores de PRI. Además de la falta de honradez, se manifiesta la ingratitud, lo decimos con la convicción de muchos priistas ofendidos por el engaño y la falta de coherencia. Y lo lamentable es que antes de irse se empeñaron en tratar de destruir la casa que los formó, no contentos con abandonar a los priistas de los municipios, a nuestros liderazgos y militantes y trabajar solo en sus intereses personales, pretendieron dejar un partido lastimado. Pero escuchen bien. No lo lograron. El PRI en Sonora es una institución sólida y con orgullo”, reafirmó en su alocución.

En el sur de Sonora, las familias ofendidas por el saqueo del agua del río Yaqui durante el sexenio de Guillermo Padrés (quien por cierto ahora trata de justificar como un hecho histórico su proceder), por el abandono consistente en sus anhelos de desarrollo, por sus esperanzas inalcanzables de justicia social compartida, no selectiva, la gente que sopesa la realidad política actual, ponen en sus mesas de análisis y discusiones el discurso de Rogelio, porque entienden –me dicen- que vienen nuevos tiempos para Sonora, y rematan: “Esos tiempos tienen que ser construidos por la ciudadanía con la fuerza de sus votos”…

Le saludo, lector.

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