Aquel año, parecía que el PRI renacía en Cajeme.-

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Bernardo Elenes

Aquel año, parecía que el PRI renacía en Cajeme.- Fue la impresión que generó en marzo 23 de 2019, cuando conmemoró el aniversario 25 de la muerte de Luis Donaldo Colosio.- Habían pasado 8 meses de la histórica derrota propiciada por AMLO, y se percibía que el tricolor comenzaba a levantarse de sus cenizas.

Bernardo Elenes Habas

Sí.

Luego que el priísmo sucumbió en México ante la turbulencia electoral provocada no por Morena y sus líderes, sino por Andrés Manuel López Obrador, daba la impresión que, al menos en Cajeme, asomaban su rostro por fin, dirigentes y militantes del tricolor, para demostrar que su partido seguía con vida.

Esto sucedía a ocho meses de las históricas elecciones del 1 de julio de 2018, cuando el mapa político del país cambió rotundamente sus coordenadas.

Precisamente durante la conmemoración del aniversario 25 del asesinato en Lomas Taurinas, Tijuana, del candidato a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta, un 23 de marzo de 1994.

Los observadores políticos percibían que, al menos en Cajeme, los ideales, la personalidad magnética de Luis Donaldo, podía convertirse en la llama capaz de alumbrar nuevos caminos por donde podría transitar un partido cuyas siglas estaban hechas pedazos.

La ceremonia, organizada por la Fundación Colosio, Capítulo Cajeme, fue emotiva, con varios oradores, pero lo esencial era el ánimo, el sentido de pertenencia partidaria que reflejaban los asistentes, aunque las heridas de la derrota, sangraban.

En esos días, el axioma de don Jesús Reyes Heroles, legendario ideólogo priísta, se convirtió en premisa falsa, debido a que la forma no fue el fondo; y los asistentes, líderes y militantes se derrotaron, nuevamente, a sí mismos; y los buenos deseos, el ánimo por renacer se convirtió, solamente, en un espejismo, porque pasaron los meses hasta cumplirse un año, sin que se hiciera realidad el pacto íntimo que habían forjado ante el recuerdo y el ideal de Colosio Murrieta.

Cierto, los contrapesos en política son necesarios, porque se constituyen en el alma de la democracia. Pero, desgraciadamente aquellos que se erigían en capitanes de grupos, fueron quienes apagaron la llamita con vocación de fogata que se había encendido ante la memoria y la visión liberal de Colosio.

No tuvieron voluntad esos líderes para generar acuerdos, montados en su propio egoísmo y en la obsolescencia de prácticas que dieron resultados en el pasado, cuando la dictadura perfecta funcionaba.

En septiembre de ese año, el INE instaló el proceso electoral 2020-2021, y a pesar de que se daban las condiciones objetivas y subjetivas para posibles triunfos de la oposición, como resultado de los magros comportamientos de gobiernos emanados de Morena y la feroz lucha interna de sus militantes, no lograron los priístas esa necesaria alternativa.

Puede decirse que hasta ahora, cuando los partidos de oposición en Cajeme, asoman por fin su vocación y voluntad para convertirse en bandera de miles de electores que analizan inteligentemente la realidad política nacional que se vive y de la que se sienten decepcionados.

Y esos ciudadanos libres comienzan a sopesar que sí podría ser posible el trabajo profundo de líderes, verdaderas herramientas políticas opositoras que definan la alternativa del indispensable equilibrio en los procesos electivos; donde, por encima de fanatismos, pueda la democracia construir los gobiernos que anhela.

¿Será posible que despierten las urnas con los votos de carne y hueso, sin falsas premisas ni fanatismos ideológicos por parte de la sociedad, para que sea la razón, la inteligencia las que prevalezcan?

¿Será la visión de un México con hambre y sed de justicia, la bandera de los nuevos tiempos?

Le saludo, lector.

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