Bernabé Arana Rodríguez.- La sangre rebelde que corría por sus venas, heredad de su padre, lo hacían recordar durante sus discursos a los luchadores sociales de una generación inigualable: Machi López, Ramón Danzós Palomino, Jacinto López, Pascual Ayón.
Bernardo Elenes Habas
La sangre rebelde que corría por sus venas, heredad de su padre, lo hacían recordar durante sus discursos, a los luchadores sociales de una generación inigualable.
Lo escuché varias veces durante el ceremonial que cada 26 de noviembre se oficia para moldear con el barro de la historia la figura justiciera de El Machi López, asesinado en el año de 1953 a la puerta de su casa en la calle Coahuila, entre Jesús García y 6 de Abril de Ciudad Obregón, evento en el que Bernabé hijo, recordaba al Machi, a Jacinto López, Vicente Lombardo Toledano, Ramón Danzós Palomino, Pascual Ayón y a su padre Bernabé viejo, que con ellos se había forjado líder.
Ya no estará, en noviembre próximo, físicamente, Bernabé Arana Rodríguez, el hermano de Irma, la entrañable luchadora por el arte, su floración y espiga, en ese ceremonial revolucionario para recordar al Machi, que año con año propicia Anita, la hija del líder mártir. Faltará la voz maciza de Bernabé hijo, haciendo recuento de los pasajes más significativos obrero-campesinos en el Valle del Yaqui, donde Maximiliano, Jacinto, Ramón, Pascual, Bernabé, forjaron los Sindicatos Obrero Campesinos, precursores del Reparto Agrario de 1937 propiciado por el presidente patriota Lázaro Cárdenas del Río.
En ese cónclave de la izquierda cajemense que se realiza cada 26 de noviembre en el Centro Comunitario Machi López, de la colonia del mismo nombre, para honrar la memoria del legendario líder agrarista, le escuché a Bernabé amplios análisis de la realidad social y económica del país, y sobre la importancia de cerrar filas al lado del actual gobierno federal.
Explicaba la forma en que la corriente política del llamado capitalismo democrático, que no es otra cosa que el proceso de acaparamiento de los medios de producción y bienes para sojuzgar a los pueblos, comienza a resquebrajarse.
Y, ahora, recalcaba, México está siendo observado por todas las naciones, porque surge un gran movimiento que a través de la vía pacífica forja una nueva revolución. “Hoy, los mexicanos tenemos la posibilidad de demostrarle al mundo cómo se derrotará al poder corruptor del dinero y a la voracidad de las trasnacionales que se desbordan en la riqueza de los pueblos y esclavizan a generaciones de países oprimidos”.
De esa estatura ideológica era Bernabé Arana Rodríguez, quien se desempeñaba como delegado regional de la Secretaría del Bienestar, cuya vida se extinguió la mañana del viernes 13 de octubre.
Descansa en paz, Amigo.