Tu lengua es tan única como tus huellas dactilares y puede determinar nuestros gustos

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El número de papilas gustativas, la distribución y la forma son algunos de los factores que hacen que nuestra lengua sea única e identitaria

En la época colonial, los deudores europeos eran enviados a américa con el objetivo de trabajar como sirvientes. Pero no firmaban un contrato, sino que, en su lugar, sellaban el acuerdo con una impresión dental en cera. Se trataba de una forma exclusiva de identificar a cada uno. Y es que, todos tenemos rasgos que nos hacen únicos. Las huellas dactilares o el patrón de los iris, incluso nuestra lengua.

En ese sentido, gracias a la huella de este músculo de la boca, se puede identificar a un ser humano con la misma exactitud que un diente o la yema de un dedo, ya que se tratan de aspectos únicos en cada persona y, por tanto, nadie puede tener otro igual. Sin embargo, ¿qué es lo que hace que nuestra lengua nos defina?

En primer lugar, la forma de las papilas gustativas. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Scientific reports, estas poseen una serie de formas geométricas que la hacen distintivas con resto de individuos. Asimismo, estas pueden afectar a la forma en que saboreamos los alimentos. De esta manera, cuanto mayor es la superficie de la papila gustativa, percibiremos los sabores con mayor intensidad. Del mismo modo, si poseemos una gran cantidad de papilas fungiformes, papilas que suelen encontrarse en la punta de la lengua, es probable que ciertos sabores ácidos, como el limón, nos resulten desagradables debido a la misma.

Sin embargo, nuestros gustos no dependen solo de los sabores, sino también de la textura de los alimentos. En ese contexto, en función de la fricción que se genere en nuestra lengua entre los alimentos y las papilas gustativas, existirán una serie de texturas que resulten especialmente placenteras para nuestro paladar o, todo lo contrario. De hecho, hay algunos gustos que se desarrollaron de forma evolutiva, a medida que hemos ido creciendo. Pero otros muchos podrían depender del patrón de la lengua. Incluso, se puede identificar el sexo y la edad de una persona por esta misma distribución.

En definitiva, todo lo que se encuentra en nuestra boca es más especial de lo que pensamos. Dientes, saliva, incluso el músculo de la lengua, son esenciales a la hora de definirnos como ser único. Por lo tanto, es importante el cuidado e higiene de la misma. Conservarla en buen estado supondrá la perseverancia de nuestra identidad.

Fuente: lasexta.com

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