En San Luis Río Colorado Andrés Manuel López Obrador alardeó de una inexistente baja en el precio de las gasolinas y la gente le dedicó ruidoso desmentido; en Hermosillo, la alcaldesa Célida López Cárdenas aseguró que es la autoridad municipal mejor evaluada y hubo pasmoso silencio e incredulidad.
En ambos casos y protagonistas, se percibe que llegaron temprano a la compra de autoestima y que ésta estaba en oferta y por eso él aseguró que ya logró acabar con la corrupción en México, y ella autoperfilarse para la reelección con apenas seis meses al frente de la comuna capitalina, dejando ver que viven en universos paralelos y realidades distintas a las de los comunes mortales.
Pero vamos por partes, ya que de acuerdo a un altero así de versiones desde la esquina noroeste del territorio sonorense, desde su arribo al aeropuerto de Mexicali, al presidente no le fue muy bien ante la concurrencia, menudeando las protestas, exigencias por promesas incumplidas e incluso un ríspido intercambio con representantes de medios de comunicación a quienes les espetó que si bien están en su derecho de preguntar, él es dueño de su silencio y tiene el derecho a no contestar y se negó a lo que dijo “entrevista banquetera”.
Ya en San Luis Río Colorado, frente a cientos de sillas vacías y una asistencia no mayor de la mitad de la esperada, fue desmentido a gritos cuando obviamente mal informado o por andar en universo paralelo, aseguró que en la frontera ha bajado el precio de las gasolinas, el IVA y el Impuesto Sobre la Renta, compensando dicha ignorancia con el anuncio de la inversión de 600 millones de pesos para obras de drenaje, agua potable, alumbrado, pavimentación y parques recreativos en esa frontera.
La gobernadora Claudia Pavlovich llegó temprano a esa cabecera municipal para entregar mil apoyos a estudiantes de primaria y secundaria de la región, a través del Programa Bécalos Sonora, en multitudinario evento juvenil que reunió al alcalde Santos González Yescas y por supuesto, al titular de la SEC, Víctor Guerrero González.
Ya en el evento presidencial, en el estacionamiento del nuevo estadio de beisbol, por supuesto que la mandataria estatal insistió en la concreción de una vez por todas de la tarifa subsidiada al consumo doméstico de energía eléctrica; en la necesidad de incluir a Sonora en el programa de apoyo a madres trabajadoras que se quedaron sin estancias infantiles donde guarecer a sus hijos mientras laboran, y la urgencia de acabar con la incertidumbre entre productores agrícolas ante las lesivas reglas de operación anunciadas hace unos días.
López Obrador se aventó su tradicional chorizo con pretensiones populacheras, pero la verdad es que de acuerdo al abundante material disponible, no le fue nada bien frente a una muchedumbre evidente escéptica y desengañada, y lo mas notable, los extensos vacíos en la gran explanada, con cientos de sillas sin ocupantes, dejando ver que también los encargados de logística llegaron temprano al reparto de autoestima y creyeron que serían miles los sanluisinos que se volcarían a ver al presidente.
Inquietante el posicionamiento del tabasqueño respecto a la operación de la planta Constellation Brands cuya construcción se encuentra en proceso en Ciudad Obregón y que por el abordaje dado, podrían significar pésimas noticias para el sur de Sonora y mandar al caño una inversión de casi mil millones de dólares y la creación de miles de nuevos empleos.
López Obrador se agarró de los dichos de activistas de Mexicali que lograron abortar el proyecto de inversión que para esa región tenía la empresa que se encarga de la elaboración, procesamiento, envasado y comercialización en México las cervezas Corona, Modelo Especial, Negra Modelo y Pacífico y por lo visto van por más.
Habrá qué ver que encuentran en Cajeme los expertos que enviará a revisar ese proyecto, pero por lo pronto su compromiso de cuidar siempre los bienes y recursos naturales, primero debería de aplicarlos en las regiones que atravesará el Tren Maya, que al menos acá en el sur de Sonora no hay nada de eso del robo del agua para hacer cerveza, sino convenios bien protocolizados entre la empresa y productores para que se tenga con suficiencia la materia prima para hacerla.
En el abundante material gráfico de dicho periplo, divisamos a la jefa de la oficina del ejecutivo, Natalia Rivera, así como al secretario de gobierno, Miguel Ernesto Pompa Corella, además de que ya en el presídium, sorprendentemente aplaudidora a la pseudodiva del Senado, Lilly Téllez; al también senador Arturo Bours y a la titular de la CONADE, Ana Gabriela Guevara.
Y como había compromiso en su cabecera distrital, el diputado Jesús Alonso Montes Piña no estuvo en la sesión de la legislatura estatal de este martes, por lo que se perdió el inicio del fin de aquella polémica “Ley Suzuki”, que derivó en que cualquiera que manejara un automóvil y hubiera bebido una cerveza fuera sancionado por conducción punible.
Bien por el diputado Martín Matrecitos al iniciar la reversión de un mamotreto impulsado por la entonces diputada del PAN, Perla Suzuki, quien dicho sea de paso, era famosa por frecuente asistencia a antros y ponerse hasta atrás a cada rato, pero que tuvo el descaro de promover medidas punitivas que además de arcaicas, su aplicabilidad carecía del rigor técnico y ser ajenas a la realidad.
Y bien por el diputado de MORENA al aclarar que con la reforma y ajustes que propone no tiene la intención de propiciar el consumo de alcohol, “sino simplemente que una persona que va a un restaurante pueda tomarse una cerveza, y salir sin ningún problema en el alcoholímetro sí es detenido por la policía”, subrayó el legislador.
También, tal como lo adelantamos en los anteriores Entretelones, el diputado Rogelio Díaz Brown propuso la Ley que Regula la Imagen Oficial de los Poderes del Estado de Sonora, sus Entes Públicos y los Municipios, que da permanencia y arraiga la identidad de los ciudadanos con el sector oficial, evita gastos, además que con una imagen institucional acorde a los valores y la pluralidad de la sociedad sonorense, no sea utilizada con propósitos políticos.
Por cierto y a propósito de la legislatura sonorense, andamos en la indagatoria respecto a la oferta que recibieron algunos diputados y diputadas, para que a cambio de dos millones de pesos, dar para adelante al juicio político que se pretende instruir contra el exalcalde de Hermosillo, Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez.
Pues a lo mejor con dos milloncitos de pesos baila el perro frente a una acusación notoriamente insostenible por estar basada en hechos que no ocurrieron durante la gestión de nuestro amigo “El Maloro”, además de haberse presentado de forma extemporánea.
Habrá qué ver cuál es la respuesta a dicha versión por parte del presidente de la comisión dictaminadora, el ya mentado Montes Piña, pero por lo pronto se advierte en el asunto de la licitación del alumbrado público sigue profundamente enterrada una varilla, destacando el que el dicha revancha se esté prestando la alcaldesa presuntamente mejor evaluada, aunque valga aclarar que según nos informan, la señora López Cárdenas no ha encontrado mucho eco en la coordinadora de la bancada de MORENA, Ernestina Castro Valenzuela y entre varios integrantes de dicha bancada.
A lo mejor es por eso que como a Castro Valenzuela aún no se le olvida las expresiones de desprecio que les endilgó, la alcaldesa ha pedido un paro al dirigente estatal de MORENA, Jacobo Mendoza para ver si puede conseguir esos votos indispensables para cumplirle el sueño de su asociado.
En todo caso, bien el evento de este martes en donde la de Puerto Peñasco confirmó que en su gabinete hay paridad de género en las posiciones de segundo nivel y ya en el volantín, anunció eso que buscará la reelección porque considera que harpía una gran fórmula con un Alfonso Durazo como candidato a la gubernatura, entre otras adelantaderas que ni al caso.
Tantas cosas pueden pasar de aquí al proceso electoral del 2021 que resulta de locos andar con esos futurismos, y más cuando la matanza que se supone pararía el de Bavispe no ha parado y es creciente y sobre todo, lo que doña Célida debe entender y aceptar es que ella fue simplemente un accidente electoral que difícilmente volverá a ocurrir, por lo que mejor debería de administrar de forma adecuada su sobredimensionada autoestima.
