Frente a la escalada de violencia de alto impacto de los últimos meses en Sonora, la llegada de mil 800 elementos de la Guardia Nacional, debiera ser un golpe de timón para disuadir la cotidiana confrontación protagonizada por grupos criminales que ya llega a niveles de terror y espanto.
No tenemos idea, si más allá de un mayor número de elementos en la lucha contra el delito, la mentada Guardia Nacional represente el milagro aún no logrado a pesar de los altos niveles de cooperación y colaboración de las instancias de gobierno para brindar seguridad a los sonorenses, a través de operativos conjuntos.
Las buenas intenciones sobran y así se puso de manifiesto durante la reunión del pasado viernes donde se hizo el anuncio del arribo de ese nuevo cuerpo paramilitar a partir del 1 de julio próximo, para desplegarse en Cajeme, Guaymas, Empalme, Hermosillo, región de Yécora y del Río Sonora, aunque por la magnitud de lo que ocurre, mil 800 elementos se nos figuran pocos.
Pero como bien se dice, no hay peor lucha que la que no se hace y de lo que estamos seguros que al menos a nivel del gobierno estatal, mucha ha sido la lucha, desde estrategias para la prevención del delito, hasta la eficaz respuesta y detención de malandros, así como para llevar a cabo indagatorias que en un alto porcentaje culminan con sentencias judiciales.
Pues algo deberán agregar esos Guardias Nacionales, quienes a lo mejor traen la llave que abra voluntades de cooperación y compromiso de corporaciones municipales y se concrete el llamado que cada rato hace e hizo la gobernadora Claudia Pavlovich en esa reunión a alcaldes, para que sean participativos con la federación y el Estado, y asuman la responsabilidad propia respecto a los hechos delictivos que se presentan en sus comunidades.
También en ese sentido se expresó el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, en la Reunión Estratégica y Agenda Común de Seguridad Pública, al conminar a las y los munícipes a combatir la corrupción en sus elementos policiacos y asumir la responsabilidad que corresponde en esa materia, para mediante el trabajo coordinado echarle montón a la delincuencia.
La verdad es que en nuestro caso, somos escépticos respecto a las expectativas generadas por la creación de la Guardia Nacional, cuya integración no es garantía de que resulte algo nuevo ni que ofrezca alguna novedad ya que en ella confluyen en mezcolanza elementos reciclados de diversas policías y ramas del ejército que ni siquiera pudieran calificarse como de elite.
En todo caso, nos sumamos a las referencias de la gobernadora y el de Bavispe respecto a la importancia del compromiso, colaboración y cooperación de la instancia municipal a través de cuerpos policiacos blindados contra la infiltración de mañosos, ya que bajo condiciones actuales, parecieran en muchos de los casos como parte de alguno de los bandos en disputa y dichas complicidades son las células madre de las que deriva la comisión de toda la gama de delitos de orden patrimonial.
Sanear corporaciones de seguridad pública de los municipios pareciera mucho más difícil respecto a que resulte infiltrada de lo mismo la Guardia Nacional. Lograr lo primero y evitar lo segundo, debieran ser las tareas prioritarias si se quiere avanzar en la pacificación de nuestras calles y comunidades rurales, porque hasta para efectos de percepción ciudadana, instancias de gobierno ya no serán vistas como parte o aliadas de alguna banda del crimen organizado.
Y más claro no pudo decirlo la gobernadora cuando se dirigió a alcaldes y alcaldesas: “Si ustedes, nosotros, no hacemos nuestro trabajo, con nuestras policías, básicamente con el tema de la corrupción de las corporaciones policiacas, de nada nos van a servir los elementos que lleguen aquí a auxiliarnos, porque a eso vienen”, apuntó la mandataria sonorense.
Potente, de mucho peso e influencia lució la mesa del viernes donde la gobernadora y Durazo Montaño fueron acompañados por José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina; Audomaro Martínez Zapata, director general del Centro Nacional de Inteligencia; Homero Mendoza Ruiz, jefe del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional; Luis Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional; Claudia Indira Contreras Córdova, fiscal general de Justicia en el Estado de Sonora, y Miguel Ernesto Pompa Corella, secretario de Gobierno.
También ahí el secretario de Seguridad Pública estatal, David Anaya Cooley y los alcaldes de Cajeme, Hermosillo, Nogales, Guaymas, Nogales, Navojoa, San Luis Río Colorado, Empalme, entre otros asolados por la ola criminal, destacando el gusto que expresaron por haber estado ahí Célida López Cárdenas, Sergio Pablo Mariscal y Jesús Pujol.
Bien la gobernadora Pavlovich al pactar con el titular de Seguridad Pública Federal una reunión con alcaldes para que aplicara su fuerte ascendencia sobre ellas y ellos al provenir de MORENA, que como se sabe, gobierna las plazas o municipios donde ha escalado la violencia de alto impacto y valga aclarar que el acuerdo para sostener dicha junta de trabajo en Hermosillo, fue antes de la ejecución en pleno centro de Guaymas del contralor municipal, Daniel René Morales o del enfrentamiento en Tesopaco.
Con lo ocurrido a lo largo de las últimas semanas era suficiente argumento para replantear estrategias y por eso vio a la capital de Sonora el influyente funcionario federal y parte del gabinete de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por cierto, nos declaramos horrorizados por versiones que nos hacen llegar respecto a los hechos en Rosario Tesopaco, que si bien oficialmente no hubo muertos, videos filtrados a través de redes sociales nos enteran de todo lo contrario y a la vez que la confrontación entre narcos llegó a la bestialidad.
Y no, por si estaban con el pendiente, a este espacio y a este reportero nadie se ha acercado para solicitar, ordenar o exigir que no aborde temas sobre delitos o crímenes, con el fin de cuidar la imagen de la entidad o sea, que no tenemos porqué incurrir en la estulticia de “publicar” nada en blanco ni incurrir en simbolismos que nada tienen de periodístico y más bien se trata de conveniencias mercantilistas, donde gravitan en mayor medida intereses electoreros.
A propósito, bien por el líder estatal del PRI en Sonora, Ernesto de Lucas Hopkins al promover la aprobación unánime de parte de la Comisión Política Permanente, de no gastar ni un cinco en el proceso interno de elección de la dirigencia nacional y mandar lapidario mensaje a aspirantes para que se abstengan de solicitar apoyo financiero a sus activismos.
Por supuesto que “El Pato” dejó abierta la puerta para que si así lo quieren, vengan a la entidad a buscar simpatías aunque lo harán con sus propios medios y para efectos del día de la elección, quien quiera participar en las mesas receptoras de votos lo deberán hacer de forma voluntaria.
“En Sonora, lo que exigimos es que los Partidos políticos no le sigan costando a la gente y particularmente que los Institutos políticos le cuesten a los militantes que deseen participar en ellos y no a los ciudadanos”, aseguró. Pácatelas.
Y en más de partidos políticos, bien por el dirigente estatal de MORENA, Jacobo Mendoza, al pintar su raya ante el desvergonzado oportunismo de quienes crearon la Amlopafa para con los colores y consignas de ese partido político se incorporan al lucro del registro de carros chuecos.
Bien ese deslinde, aunque no creemos sea suficiente ante la voracidad exhibida de militante morenista y valiera más que tomaran medidas más radicales frente al manoseo indecente no solo de la cuarta transformación y dichas siglas, sino del mismo presidente López Obrador.
En ese sentido, sigue la mata dando por rumbos presidenciales, que si bien para efectos de Sonora las ocurrencias no son tan onerosas y son paliadas por la buena relación que ha construido la gobernadora Pavlovich, las cosas podrían complicarse de manera muy seria a partir de la formulación del presupuesto federal para el año próximo, en donde ahora sí tendrán manos libres, esa que no tuvieron en el presente ejercicio y que sin embargo han depredado a manos llenas.
Algo tendrán que hacer los gobernadores frente a un presidente autócrata, sociópata y de tan acendrado populismo, cuando como se sabe y está comprobado, la economía mexicana ya va en camino de una histórica recesión con dramática caída de la generación de empleos durante los últimos seis meses y franco deterioro de la calidad de vida, resultando simples aspirinas las dádivas asistencialistas que otorga el gobierno federal.
Y López Obrador insiste en su frívolo discurso e irresponsables decisiones que toma producto de minorías a mano alzada, cuando ya hay reacciones públicas que ejemplifican el creciente rechazo a su chillón discurso, como ocurrió con la niña que le mostró su dedo de en medio en evento en estado del sur del país y que derivó en histéricas críticas de la chairiza.
La verdad es que resulta preocupante la condición mental de López Obrador y que se manifiesta en sus comparecencias mañaneras, con referencias o fundamentaciones tan extrañas como esa alusión a Hitler cuando hablaba sobre la inflación que dice estar controlada por su gobierno, entre otras expresiones fuera de lugar, como si anduviera sobremedicado.
